Moscú, 3 de febrero, RIA Novosti. Un ejército contemporáneo desprovisto de armas de precisión está abocado a la derrota.
Partiendo de esta premisa, la Unión Soviética empezó a desarrollar sistemas dotados de proyectiles guiados y corregibles. Los sistemas de primera generación, Santimetr y Smelchak usaban proyectiles corregibles, pero a partir de los sistemas de segunda generación el gobierno planteó ante el sector militar-industrial desarrollar las municiones guiadas, de accionamiento distinto. Para emplear esta munición es preciso captar el objetivo con el haz láser, desde los puestos de guiado y reconocimiento terrestres. Una vez captado el blanco por la cabeza de guiado del proyectil, la munición misma corregirá la trayectoria de su vuelo mediante las aletas de control aerodinámico. Este problema técnico fue resuelto en la Unión Soviética por la Oficina de Diseño de Maquinaria, con cede en la ciudad de Tula, al desarrollar el proyectil guiado de 152 mm. Krasnopol. La cabeza de guiado de este proyectil ha sido diseñada y se fabrica por la empresa LOMO, de San Petersburgo. La munición Krasnopol es usada por los obuses de 152 mm., de los tipos D-20, 2C3M, 2S19 y 2А65. Está destinado para destruir los objetivos terrestres de pequeñas dimensiones que se muevan a velocidades menores de 10 m/seg., desde los emplazamientos cerrados. El uso de este proyectil reduce el consumo de municiones en 10-15 veces en comparación con las municiones fragmentarias convencionales, siendo 0,9 la probabilidad de impacto. El sistema lo integran: el proyectil fragmentario guiado de 152 mm. con dos tipos de cargas y un indicador-telémetro 1D15 (1D20 o 1D22) láser. El sistema se fabrica por la Simas S.A. (república de Udmurtia en el seno de la Federación Rusa). El autoguiado lo efectúa el apuntador, por haz láser del telémetro 1D15, para lo cual la munición está dotada de aletas aerodinámicas. Krasnopol puede emplearse a alturas hasta unos 3000 metros sobre el nivel del mar y en el rango de temperaturas de -40 a +50ºC. En la exposición MAKS-99 fue presentada la versión del proyectil guiado de 155 mm., adoptada para los sistemas de artillería tipos M109A1-6 (Estados Unidos), G5/G6 (República Sudafricana), FH77 (Suecia), TRF1 (Francia) y otros.
La misión de Kitolov-2, otra munición de segunda generación para los cañones, de 120 mm., es destruir con el primer disparo, sin tiro de reglaje, los objetivos ligeramente acorazados, inmóviles y en movimiento. Se ha desarrollado para cañones autopropulsados tipos 2S9, 2S23 y otros, de apoyo a nivel de batallón y unidades de tropas aerotransportadas. La probabilidad de impacto: 0.8 - 0.9. El alcance del telémetro llega a unos 7 kilómetros. Existe la versión Kitolov-2M, de 122 mm., desarrollada para los obuses autopropulsados de 122 mm. 2S1 Gvozdika. Kitolov-2M garantiza un impacto directo, sin tiro de reglaje y con reducida preparación meteobalística, a la proyección cimera, la menos protegida del objetivo. El sistema es capaz de efectuar un fuego metódico, con intervalos de 20-25 segundos entre los disparos. El uso de municiones Kitolov-2M eleva notablemente la eficacia de artillería a escala de batallón mediante un impacto directo de proyectil mucho más potente que las actuales municiones convencionales, y gracias a su capacidad de destruir con el primer disparo los tanques, incluyendo los en movimiento.
Por su relación eficacia/coste el nuevo Krasnopol-M supera en más de 2,2 veces al Copperhead norteamericano.
Los proyectiles corregibles y guiados tienen sus puntos débiles y fuertes, por ello es conveniente disponer de los dos tipos. Así, por ejemplo, las municiones guiadas son mucho más sofisticadas y de mejores características, pero son de mucho mayor coste. Las primeras tienen más futuro, pero las municiones corregibles no requerirían muchos gastos y reequipamiento de fábricas, condición muy importante en caso de una guerra.
