Expertos están analizando si el discurso de Vladimir Putin significa el retorno a la guerra fría y si pondrá el punto final en la asociación estratégica entre Moscú y Occidente.
Sergei Rogov, director del Instituto de Estados Unidos y Canadá: Es prematuro hablar de una reedición de la guerra fría, pero si las tendencias actuales se mantienen, tal variante no puede descartarse. Entre Occidente y Rusia surgieron muchas discrepancias. El mundo está retornando al modelo multipolar, pero esta multipolaridad puede degenerar en caos, porque sin la cooperación entre Rusia y EE.UU. es imposible crear institutos de seguridad internacionales que puedan garantizar normas iguales a cumplir para todos.
Konstantin Kosachov, jefe del comité para asuntos internacionales en la Duma de Estado: El discurso de Putin no contiene tesis que se difieran radicalmente de las declaraciones hechas anteriormente. Lo que ha cambiado es la tonalidad, pero no el contenido de las valoraciones. Las constantes filigranas diplomáticas nuestros interlocutores occidentales las utilizan para eludir las discusiones y seguir obrando a su antojo. El presidente planteó en su más descarnada esencia los problemas que ahora preocupan a Rusia con tal de empezar a debatirlos en serio.
Alexader Rahr, director de programas para Rusia y los países de la CEI en el Consejo Alemán de Política Exterior: Occidente se cree ganador de la guerra fría y piensa que no se le ofrecerá una mejor oportunidad histórica de vertebrar un sistema democrático liberal a escala global. El discurso de Putin ha evidenciado la negativa de Moscú a Occidente. Todavía durante un largo período Rusia no podrá crear con Occidente un sistema integracionista único, lo que suponía la asociación estratégica.
Gleb Pavlovski, presidente de la Fundación de Política Eficaz: Se intentó excluir a Rusia del club que determina las reglas de juego, pero Rusia manifestó con toda firmeza que no permitirá hacerlo.
Vladimir Ryzhkov, parlamentario independiente: Se trata de una simple constancia de lo que ocurrió. El continuo distanciamiento entre Rusia y Occidente se ha venido operando durante los últimos 7 años. Ni que hablar de la guerra fría, pues los potenciales de Rusia y de Occidente no pueden equipararse. La declaración tenía por destinatarios más bien a los ciudadanos de Rusia. Hoy es evidente que las elecciones parlamentarias y presidenciales no podrán llamarse libres, por lo cual hay que de antemano lanzar acusaciones contra Occidente, socavar la confianza en las organizaciones pro derechos humanos, tildando a sus colaboradores de espías.
