Moscú y Washington han entablado un sugestivo juego político-militar. Los norteamericanos aparentan invitar a los rusos a tomar parte en el desarrollo de su nueva defensa antimisiles (DAM) en Europa. Los rusos aparentan aceptar la oferta. Pero ambas partes se dan cuenta de que la cooperación es imposible.
Rusia se opone drásticamente al emplazamiento de la DAM norteamericana en cercanías de sus fronteras. Pero ayer, el secretario de Defensa, Robert Gates, propuso oficialmente a Rusia promover la cooperación en este dominio.
"Los norteamericanos se dan perfecta cuenta de que para ellos es poco ventajoso acorralar a Rusia. Por lo tanto, se apresuran a ofrecer variantes de cooperación", comentó Nikolai Zlobin, director de programas para Rusia y Asia en el Instituto de Seguridad Mundial (Washington).
De todas formas, hay que hacerles justicia a los norteamericanos quienes hicieron una magnífica jugada propagandística: Rusia se mostró preocupada, nosotros, atendiendo su preocupación, la invitaron a cooperar, pero no se niega y sigue criticando los planes de EEUU.
Pero en realidad, según explicaron a Vremia Novostei los negociadores rusos, las ofertas norteamericanas están calculadas para unos ingenuos: "De todas formas, la DAM está apuntada contra Rusia. Aceptar las ofertas de EEUU equivale a suicidio". Por ejemplo, en Washington afirman que la DAM en Europa busca el objetivo de obviar las amenazas procedentes de los países impredecibles, tales como Irán. Pero los iraníes no disponen de misiles balísticos intercontinentales capaces de tener en jaque a Europa y, menos aun, a EEUU. Pero Rusia sí que dispone de tales misiles.
Pero aun de admitir la existencia de la amenaza iraní, sería lógico emplazar la DAM no en Europa del Este sino que, digamos, en Turquía. En tal caso Rusia estaría dispuesta a cooperar con EEUU, pero a condición de empezar la construcción de los objetivos de la DAM desde cero y en pie de igualdad.
Según opinan en Moscú, los planes norteamericanos alterarán el equilibrio de las fuerzas estratégicas en Europa, provocando una nueva carrera de armamentos. "Si no llegamos a ningún acuerdo, nos veremos obligados a emplazar algo a título de respuesta -dijo un diplomático ruso, refiriéndose a las posibles contramedidas-. Los armamentos ofensivos siempre son más baratos que los defensivos".
