Vladímir Putin afirmó en la reciente cumbre del G-8 que Rusia no quiere "inventarse algún modelo especial de la democracia" y sus conciudadanos, en principio, están de acuerdo con el presidente. Sin embargo, dudan de que ciertas tradiciones democráticas puedan calar algún día en el país.
Más del 70% de los rusos piensa que elecciones libres, pluripartidismo o prensa independiente son conceptos perfectamente aceptables pero casi la mitad cree, al mismo tiempo, que la igualdad de todos los ciudadanos ante la Ley, principio clave para cualquier democracia, jamás será observada en Rusia, según demuestra una encuesta realizada por el Centro VTsIOM.
Uno de cada tres entrevistados señala que en Rusia "difícilmente podrán calar" otros pilares democráticos: la obediencia del ciudadano y del Estado a la Ley y la disposición para reivindicar sus derechos.
Para impulsar la democracia en Rusia, se necesita "poner fin a las privaciones económicas de la gente", considera la mayoría. El desarrollo de la sociedad cívica (partidos políticos, asociaciones gremiales y diversas ONG) figura para los entrevistados en el último lugar en la lista de prioridades.
"Todo el mundo recuerda que el principio de la igualdad universal ante la Ley, proclamado con mucha solemnidad en los tiempos soviéticos, existía únicamente sobre papel", comenta Igor Eidman, portavoz del VTsIOM. "La perestroika gorbachoviana también empezó con la lucha contra los privilegios de la alta jerarquía partidista pero, a la larga, fue derivando en una oligarquía que en grado considerable usurpó los derechos y las libertades cívicas", recordó él. "¿Qué otra cosa puede decir la gente con estos antecedentes? Además, la mayoría de los rusos cree con razón que, hoy en día, es el dinero el que lo decide todo", observó el sociólogo.
