Para el año 2050, Rusia y otras economías emergentes como Brasil, China, India, Indonesia, México y Turquía habrán dejado atrás a los siete países más industrializados del planeta en cuanto al volumen del crédito doméstico, principal indicador de la madurez del sector bancario, augura un informe de PricewaterhouseCoopers (PwC).
En 2004, los bancos de siete países emergentes otorgaron créditos por un importe total de US$4,2 billones, frente a los US$30 billones en el G7. Hacia mediados de este siglo, las cifras habrán cambiado a 98 y 83 billones de dólares, respectivamente. El volumen del crédito en Rusia habrá subido a 5 billones, según PwC.
La reforma bancaria que se va implementando en Rusia, la expansión de las instituciones financieras hacia las regiones y la elevada demanda de servicios de hipoteca y crédito al consumo son tendencias que permitirán elevar el sector bancario local al nivel de los países desarrollados de Europa, creen los autores del informe.
Hoy en día, la relación Activos/PIB en Rusia es del 52,4%, constata Olga Veselova, analista de Troika Dialogue. En Italia, esta relación es del 200%; en Francia, del 150%; en Letonia, del 140%; en República Checa, del 100%; y en Polonia, del 70%.
Otro experto ruso, Mijaíl Matóvnikov, cree que es imposible predecir el desarrollo del sistema bancario de aquí a 43 años porque los mercados financieros son bastante inestables y cualquier crisis puede dar al traste con el pronóstico de PwC.
