¿El reino de la muerte está en Honduras?

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La Habana, PL, para RIA Novosti. Por Isabel Soto Mayedo.- El proceso de institucionalización democrática poco incidió en la erradicación de la violencia en países como Honduras, donde ocurren unas 14 muertes diarias y el sistema de investigación pocas veces esclarece quienes son los culpables.

Especialistas aseguran que el índice criminal en el territorio centroamericano supera cinco veces al de la ciudad estadounidense de Nueva York, una de las más afectadas por el flagelo en el mundo.

Para la socióloga Mirna Núñez, la lucha contra las pandillas juveniles o maras está lejos de ser efectiva, y los barrios y colonias siguen aportando las principales víctimas del mal.

La violencia en Honduras se expresa igual en secuestros, desapariciones, heridas, amenazas, chantajes, accidentes viales, agresiones y atentados, precisó la especialista.

Sólo en septiembre, los periódicos registraron 102 muertes violentas en las principales zonas urbanas del país.

Al comparar las cifras de decesos por homicidio, entre el primer trimestre de 2006 con idéntico período de este año, los resultados muestran un aumento de 15.

Estadísticas oficiales dan cuenta de 241 crímenes mensuales y un promedio diario de 8,1 víctimas. Además, seis de cada 10 hondureños perecieron por una acción provocada por otro ser humano.

Estos hechos están relacionados con riñas, venganzas y violencia intrafamiliar, comentó la socióloga, pero también con la delincuencia organizada, tipo sicariato, donde la persona sólo llega y, sin mediar palabra, agrede y mata a otro.

Manuel Carrasco, director de servicios de apoyo del Hospital Escuela, el complejo médico público más grande del país, afirmó que se carece de un estudio que cuantifique los daños psicológicos y económicos que genera la violencia.

El 30 por ciento de los recursos que recibe la entidad capitalina, explicó el galeno, es invertido en atender a pacientes con heridas, lesiones y traumas producto de la criminalidad reinante.

Somos testigos a diario de las consecuencias de esa violencia, a lo que se une el ascenso de los accidentes de tránsito, afirmó Carrasco, quien conminó al Estado a considerar los recursos que pierde por estos conceptos.

Las tragedias en las carreteras son la segunda causa de muertes violentas en Honduras y dejaron 508 muertos y mil 629 heridos en el primer trimestre de 2007.

Junto a estos datos de la Subdirección General Tránsito aparecen los de las autoridades de Salud, reflejo de la incidencia en tercer orden de los suicidios.

El deterioro de los niveles de vida, la inseguridad, los conflictos intrafamiliares, la desesperanza y otros factores incidieron en que de enero a marzo de este año se produjeran 62 muertes autoprovocadas de hondureñas y hondureños de diversas edades.

La violencia es un azote que desgarra el tejido comunitario, amenaza la vida, la salud y la felicidad de los catrachos: por cada persona que muere o es víctima de violencia, muchas otras resultan heridas y afectadas psicológicamente.

En Honduras se contabilizan los muertos, pero no los efectos secundarios de estos fallecimientos, opinó El Heraldo.

Los crímenes sin resolver ejemplifican la impunidad que subsiste en el país y el asesinato a mansalva del propio edecán del presidente, Manuel Zelaya, así lo confirma, enfatizó.

De continuar esta tendencia, autoridades, especialistas y medios de comunicación, pronostican que para fines de año Honduras registrará alrededor de cinco mil muertes violentas.

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