La guerra comercial ruso-polaca, estallada en noviembre de 2005 a raíz de la prohibición de las autoridades sanitarias de Rusia de importar carne polaca, tiende a concluir. Varsovia aceptó cumplir la principal exigencia de Moscú: permitir que inspectores veterinarios rusos visiten cárnicas polacas.
Si el conflicto acaba por ser arreglado, saldrán beneficiados no sólo los polacos, que volverán a obtener acceso al mercado ruso, sino también Rusia. Hasta ahora Varsovia frustraba la conclusión del nuevo acuerdo entre Rusia y la Unión Europea, así como en el marco de la Unión Europea amenazaba con impedir el ingreso de Rusia en la Organización Mundial de Comercio hasta que Moscú desbloquee las importaciones de la carne polaca.
Rusia formó dos grupos de inspectores que van a visitar cárnicas polacas. Los documentos necesarios se están tramitando. Por lo visto, los recientes cambios políticos en Polonia contribuyeron a despolitizar este problema.
La victoria que la semana pasada obtuvo en los comicios parlamentarios el partido opositor Plataforma Cívica, encabezada por Donald Tusk y caracterizada por una actitud más moderada hacia Rusia y Europa, sienta buenas premisas para atenuar la postura de Varsovia, hasta ahora irreconciliable.
Ello no obstante, el saliente gabinete polaco sigue oponiendo resistencia. El sábado pasado, Anna Fotyga, ministra de Asuntos Exteriores, manifestó que los inspectores rusos no entrarían en Polonia hasta que Moscú levante el embargo sobre los productos cárnicos. Sea como fuese, le queda tan sólo una semana en el cargo de canciller.
En opinión de expertos, Polonia depende fuertemente de las exportaciones a Rusia, a lo que se debe su acentuado interés en que el embargo sea levantado. Según datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura de Polonia, antes de que fuera decretado el embargo, las ganancias actuales por concepto de exportaciones de productos cárnicos a Rusia totalizaban unos 400 millones de euro, un 5% de todo el volumen de exportaciones polacas. "En los mejores años, en la industria alimenticia rusa a la carne polaca le correspondía de 10% a 15% -señala un experto ruso-. Ahora, en cambio, si el embargo es levantado, su parte no excederá el 5%, porque Brasil ya ocupó el nicho. Aparte de todo, Brasil resultó ser un país políticamente más estable".
