Los enfrentamientos armados entre las fuerzas del orden y los wahabitas, que se registraron en octubre pasado en varias partes de Azerbaiyán, podrían presagiar la fuerte escalada del terrorismo en toda la zona del Cáucaso y son atribuibles, probablemente, a los intentos de realizar "el traspaso de los terroristas" desde Iraq. Ésta es la opinión de Alexandr Ignatenko, jefe del Instituto ruso de Religión y Política y miembro de la Cámara Pública de Rusia.
Azerbaiyán e Iraq se parecen en muchas cosas, constata Ignatenko en un artículo publicado el jueves en Nezavisimaya Gazeta. Ambos países pertenecen a la Conferencia Islámica, tienen comunidades chiíta y sunita, grandes reservas de hidrocarburos, tradiciones laicas y frontera con Irán. Y ambos despiertan enorme interés en EEUU y Arabia Saudí. Hace algunos años, nadie se imaginaba que Iraq pudiera sumirse en una guerra a toda escala entre los chiítas y los sunitas, recuerda el articulista.
Ignatenko compara el tándem estadounidense-saudí, fraguado en el período de la Guerra Fría, con una pareja muy conocida en el folclore árabe, la de un forzudo ciego y un pícaro sin piernas. Este último viaja encaramado sobre la espalda del compañero - hombre robusto pero invidente y poco listo - y suele involucrarle en toda clase de travesías y aventuras.
Como el forzudo aquel, EEUU se ve obligado a actuar en yunta con Arabia Saudí en las zonas de influencia islámica. Los saudíes garantizan la propagación del wahabismo a las regiones que representan algún interés y ayudan en la creación de grupos armados, cabeceras de playa y formaciones cuasi-estatales. Cuando algo falla y hay resistencia a la penetración del wahabismo, interviene EEUU, a veces, con las armas. La fórmula asegura el cumplimiento de objetivos estratégicos, como el control sobre las regiones ricas en hidrocarburos, y de tareas corrientes, como la evacuación de terroristas wahabitas desde Iraq.
Incapaz de hacer frente a la Yihad antiamericana de los wahabitas suníes en Iraq, protagonizada por la célula de Al Qaeda en Mesopotamia, EEUU procura coordinar sus esfuerzos con los regímenes sunitas de Oriente Medio - ante todo, con Arabia Saudí - y ha intentado al menos en dos ocasiones realizar "el traspaso de los terroristas", es decir, enviarlos lejos de Irak. Primero, intentó mandarlos a la Yihad en el Asia Central, durante la revuelta de mayo de 2005 en la ciudad uzbeca de Andizhán; y luego, ya en el presente año, trató de prender fuego al Levante, cuando en el norte de Líbano, cerca de la frontera con Siria, se infiltró un grupo supuestamente palestino, Fatah Al Islam, escribe Ignatenko.
Las evidencias apuntan a que los sucesos de octubre de 2007 en Azerbaiyán suponen una tentativa de turno para "el traspaso de los terroristas", o sea, crear una zona de tensión y desatar la Yihad para que vaya absorbiendo a los combatientes wahabitas procedentes de Iraq. Semejante evolución de los acontecimientos debería inquietar a Rusia, primero, porque todo ello se desarrolla muy cerca de sus fronteras, y, segundo, porque en el territorio ruso hay wahabitas infiltrados. Es probable que el "traspaso de los terroristas" tenga como objetivo toda la zona del Cáucaso, tanto la del Sur como la del Norte.
