El Cairo, 11 de enero, RIA Novosti. Tres clanes de la aldea de Al Mahrusa, de la provincia de Kena, Egipto, han puesto el punto final a un conflicto que amenazaba con redundar en una "vendetta corsa", informa el periódico Al Ahram.
Los habitantes de la aldea practicaban un método singular de vengarse de sus enemigos. Las riñas no terminaban con injurias ni apaleamientos, sino con lo de quitarle el bigote al ofensor. A éste lo esperaban en una emboscada, se precipitaban contra él, le afeitaban por la fuerza el bigote y luego lo soltaban.
La pérdida del bigote, atributo de la fuerza masculina, es una auténtica tragedia para los hombres locales. Los preceptos del "honor de la familia" exigen vengar tal acto sin dilaciones.
La situación se puso al rojo vivo. La familia Al Agalin rechazó la compensación de 50 mil libras egipcias ($9090) ofrecida por el bigote quitado a uno de sus miembros, mientras que la Badr ni quería debatir la posibilidad de hacer paces con los agraviadores de uno de los suyos.
Como resultado, la aldea se vio al borde de una tragedia sanguinaria, que podría durar años.
Para persuadir a hacer las paces a las partes en conflicto acudieron tanto los jeques que gozan de muchos prestigio como el jefe de la policía provincial y el diputado que representa a la provincia en la Asamblea Popular de Egipto.
El jueves, en presencia de siete mil habitantes de la aldea, los cabezas de los clanes en conflicto firmaron un acuerdo de paz. Según ese documento, los tres clanes se comprometen a no practicar venganza, no formular pretensiones los unos a los otros y mantener relaciones amistosas con otros clanes de la aldea.
En las provincias meridionales de Egipto reinan costumbres patriarcales. El insulto infligido a un miembro del clan se percibe como un golpe asestado a todos sus miembros y se lava con sangre. Los conflictos entre clanes a menudo duran años y siegan decenas de vidas.
