La república de Alto Karabaj (RAK) debería participar de forma autónoma en las negociaciones para el arreglo político del contencioso que Armenia y Azerbaiyán mantienen desde 1988 en torno a este enclave de población armenia en territorio azerbaiyano, manifestó el presidente de esta entidad rebelde, Bako Saakián, en una entrevista al diario ruso Vedomosti.
"La parte principal en este conflicto es la república independiente de Alto Karabaj y tiene las mismas prioridades que los demás Estados extranjeros", señaló Saakián. A lo largo de estos últimos 14 años fue Armenia la que se encargó de las negociaciones, mientras que Karabaj participó en ellas una sola vez, en el momento de firmarse el armisticio de 1994.
Es probable que a los dirigentes de RAK les hayan empujado en esta dirección los rumores de que Armenia, deseosa de poner fin al conflicto cuanto antes, está dispuesta a cederle a Azerbaiyán una parte del territorio de Karabaj, afirmó Gegam Bagdasarián, el único diputado opositor en el Parlamento de RAK.
La otrora república autónoma de Alto Karabaj anunció su secesión de Azerbaiyán en 1998, después de lo cual se desencadenó un conflicto militar que causó entre 25 y 35 mil víctimas y hasta un millón y medio de refugiados. Las negociaciones para el arreglo se desarrollan en el marco del llamado Grupo de Minsk de la OSCE cuyos copresidentes son EEUU, Francia y Rusia.
Ni siquiera Armenia tiene claro, si vale la pena o no establecer las relaciones diplomáticas con esta república secesionista. Los esqueletos de las casas y los cascos ya oxidados de los vehículos de infantería en las aldeas pobladas otrora por los azerbaiyanos recuerdan que estos territorios todavía viven en una situación intermedia entre guerra y paz. En los poblados armenios, en cambio, se llevan a cabo numerosas obras de construcción gracias a la asistencia por parte de la diáspora armenia. Algunos emigrados mandan construir en las aldeas natales auténticos palacios con fuentes y zoológicos dentro.
El Ejército representa una sexta parte de la población de Karabaj pero aún así la economía se va reanimando, especialmente, la vinicultura y otros ramos del sector agrícola. La planta minera de Drmbon genera casi la mitad del producto interior bruto de Karabaj.
El primer ministro de esta república rebelde, Araik Arutiunián, declaró que el fruto de la estabilidad es una doctrina encaminada al crecimiento demográfico. Según los datos oficiales, Karabaj tiene 150 mil habitantes y una densidad de población que es diez veces inferior a la de Armenia. El objetivo del Gobierno karabajo es incrementar la población a 500.000 personas con la mayor celeridad posible. La inmigración en Karabaj duplica a la emigración y la tasa de natalidad, de casi 14 niños por mil habitantes, va en aumento. Al decir de Arutiunián, el crecimiento de la población podría ayudar también en la solución del problema de la independencia, "tal y como sucedió en Kosovo".
