La Habana, 28 de julio, PL, para RIA Novosti. Los carnavales cubanos intensifica aún más el calor imperante este verano, pues el pueblo aprovecha tales fiestas para dar rienda suelta a su proverbial pasión y alegría.
Cada región del país tiene su estilo particular, pero todas gozan sus festividades con igual intensidad y la determinación de amanecer en congas trasnochadoras, comparsas ancestrales y frenéticas bailarinas que amenazan con derrumbar las carrozas.
El "San Juan", el "Santiago espirituano", y otros festejos autóctonos dejaron el escenario caliente para los carnavales de esta capital, que el pasado sábado tuvieron su adelanto con una intensa celebración en el Malecón capitalino.
Desde el próximo viernes y durante nueve noches, la emblemática avenida costera de La Habana recibirá a históricas fraternidades de bailadores y rumberos, fieles a una tradición enraizada en la historia misma de esta ciudad.
A lo largo del Malecón fueron levantadas tarimas y gradas para disfrutar el paso de los personajes típicos del carnaval habanero, cuyos orígenes datan de finales del siglo XIX.
La parranda habanera se concentrará este año en celebrar el medio siglo del triunfo de la Revolución cubana, y homenajeará además a las ancestrales comparsas "El Alacrán" y "Los componedores de batea", de las pintorescas barriadas del Canal y Cayo Hueso.
Eso sin contar el esperado paso de las comparsas "La Jardinera de Jesús María" -que va regando flores- y los "Guaracheros de Regla", toda una institución en estas fiestas.
Con sus incansables faroleros, muñecones, sungambelos y atuendos que evocan los trajes señoraliales del período colonial, tales hermandades de bailadores son el alma del carnaval y su máxima expresión, como certificara el antropólogo cubano Fernando Ortiz.
