Moscú, 11 de agosto, RIA Novosti. La situación en la frontera entre Georgia y Osetia del Sur rebasa los marcos de un conflicto local. Se trata de una prueba de solidez para Rusia y sus dirigentes, opina el periodista Valentín Falin.
En la noche del 7 al 8 de agosto, las tropas georgianas irrumpieron en Osetia del Sur y atacaron su capital, Tsjinvali. Las autoridades de la república rebelde informan que hay numerosas víctimas mortales entre la población civil: más de 1.500. La situación empezó a cambiar cuando las fuerzas de paz rusas recibieron refuerzo. Tras ello ciertos políticos occidentales acusaron a Rusia del empleo desmesurado de la fuerza.
"De no haber reaccionado nosotros como lo hicieron nuestros presidente, primer ministro y militares, abriríamos las compuertas para la realización de nuevas provocaciones contra Rusia, contra sus intereses vitales, para que algunos sigan presionando sobre Rusia en todo su perímetro, no en interés de la paz sino partiendo de un interés completamente distinto", manifestó Falin a RIA Novosti.
Según él, se trata de un acontecimiento muy significativo, pues "Georgia actúa como agente de otra potencia".
"Es una potencia que se encuentra del otro lado del globo terráqueo, pero cree que los intereses de Georgia le importan más que a Rusia o a los pueblos abjasio y oseta", subrayó el periodista.
El presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, apoyado por Washington, no escogió por una casualidad el momento en que desatar esa "abominable agresión". En EEUU actualmente se levanta una nueva oleada de retóricas rusófobas, dijo Falin.
"Para alentarlas, se necesitó una crisis en las relaciones entre Rusia y algunas de las desaparecidas repúblicas soviéticas", añadió.
Según Falin, cuanto se opera actualmente en la frontera georgiano-oseta lo costean EEUU y la Unión Europea, o ciertos países que la integran.
El periodista opina que después se organizará una campaña de admisión de Georgia y Ucrania en la OTAN. Probablemente se hará la propuesta de ingresar también a Azerbaiyán.
"Tenemos que armarnos de la paciencia y esperar a que termine ese espectáculo. No podemos permitir que nos tomen el pelo en la diplomacia o la política. Todo el mundo debe atenerse firmemente a los principios de buena vecindad y respeto de los interese mutuos. No queremos recibir nada gratis de nadie, estamos dispuestos a cooperar en pie de igualdad con todo el mundo. Mas no admitiremos que algunos jueguen con nuestros intereses o atenten contra la dignidad y la seguridad de nuestros ciudadanos. Las vamos a defender y garantizar de acuerdo con las normas del Derecho Internacional", manifestó el periodista.
Falin se graduó por el Instituto de Relaciones Internacionales, se desempeñó como embajador de Rusia en la RFA, analista del periódico Izvestia y presidente del Consejo Administrativo de la Agencia de Prensa Novosti (APN), era secretario delComité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética.
