Todo indica que Moscú aceptará la voluntad independentista de Abjasia y Osetia del Sur. El presidente del Senado ruso, Serguei Mirónov, anunció ayer la intención de reconocer a ambas repúblicas rebeldes. Diputados rusos mencionan incluso la fecha en que ello podría suceder: el próximo lunes, 25 de agosto.
El líder suroseta Eduard Kokoiti fue recibido el martes en Bocharov Ruchei, la residencia veraniega del presidente ruso en Sochi, a orillas del Mar Negro. Al día siguiente, Dmitri Medvédev se reunió en el mismo lugar con Serguei Bagapsh, dirigente de Abjasia.
El futuro de ambas repúblicas secesionistas fue el tema central de estas reuniones. Bagapsh y Kokoiti entregaron al mandatario ruso los mensajes en que sus respectivas repúblicas piden reconocimiento por parte de Moscú. Las solicitudes oficiales ya cuentan con el visto bueno de los parlamentarios de Abjasia y Osetia del Sur y serán aprobadas hoy por las llamadas asambleas populares, después de lo cual podrán enviarse a Rusia.
Anteriormente, Medvedev prometió que Rusia respaldará cualquier decisión que tomen los pueblos abjasio y suroseta, y actuará como garante de aquélla.
No existen las normativas internacionales que definan el procedimiento para reconocer la independencia de un Estado. En Rusia es posible hacerlo mediante un decreto presidencial.
"Que el Parlamento aplauda o rechace tal decisión, no tiene ningún valor legal", explicó Zulfiya Nigmatúlina, jefa del departamento jurídico del Senado ruso. Aún así, el vicepresidente de la Cámara alta, Dmitri Mézentsev, piensa que el Parlamento debería pronunciarse sobre el caso, habida cuenta de la voluntad que Rusia manifestó para defender a sus ciudadanos y poner cese a la agresión.
Alexander Rahr, director de programas para Rusia y CEI en el Consejo Alemán de Política Exterior, no duda de que Moscú vaya a reconocer en los próximos días a ambas repúblicas separatistas.
"Todo el mundo se ha dado cuenta de que el espacio postsoviético no puede reordenarse a discreción de Occidente. Es imposible, y si Occidente intenta hacerlo, puede meterse en un conflicto con Rusia, algo que le gustaría evitar en principio", señaló el experto.
Lo más importante para Moscú, dijo, es preguntarse "quién respaldará la independencia de Abjasia y la fáctica anexión de Osetia del Sur". Ninguna nación occidental va a reconocer hoy la soberanía de Abjasia, de modo que ésta "tendrá el mismo rango que Chipre del Norte". Esta situación, a juicio de Rahr, "va a alterar el de por sí bastante frágil equilibrio que existe en el mundo después de terminada la Guerra Fría".
