Georgia recibirá en los próximos tres años ayuda extranjera por valor de más de 4,5 mil millones de dólares pero estos fondos no garantizan la sobrevivencia del actual régimen georgiano, escribe hoy el diario ruso Kommersant.
El Fondo Monetario Internacional asignará a Georgia 750 millones de euros, según se anunció en la conferencia internacional de donantes celebrada ayer en Bruselas. A nivel de países, los mayores donantes serán EEUU, que reafirmó la intención de conceder a Georgia mil millones de dólares, y Japón, que otorgará 200 millones de dólares. Diversas estructuras comerciales y personas particulares aportarán 850 millones de dólares.
El periódico califica de "triunfo georgiano" esta inyección espectacular que se produce a pesar de la crisis global financiera y supera las expectativas más audaces" de Tbilisi, según admitió en Bruselas Lado Gurguenidze, el primer ministro de Georgia. Al mismo tiempo, el diario señala que esta ayuda financiera no es una garantía de que el presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, consiga mantener la situación bajo control.
Fuentes próximas al Gobierno georgiano dijeron a Kommersant que en Georgia aumenta el descontento con la actuación del régimen y de Saakashvili en persona durante el conflicto de agosto pasado en torno a Osetia del Sur. Un síntoma de la creciente inestabilidad es una movilización visible de grupos opositores que vuelven a criticar abiertamente la política del Gobierno, algo inimaginable hace un mes.
El próximo 7 de noviembre, la oposición planea organizar en Tbilisi un amplio mitin antigubernamental que será la primera prueba de resistencia para el régimen. "No queremos ver al frente de la nación a Saakashvili, quien nos robó la victoria en las elecciones presidenciales (de enero de 2008) y ahora perdió nuestros territorios (Abjasia y Osetia del Sur)", manifestó el pasado miércoles Leván Gachechiladze, líder de la Oposición Unificada.
Muchos políticos renombrados que en el pasado formaron parte del equipo presidencial y actualmente están en el bando de la oposición barajan la posibilidad de unirse para apartar a Saakashvili del poder con métodos constitucionales. Lo cual significa que el dinero occidental podría beneficiar en los próximos años a un Gobierno distinto en Georgia.
