Moscú debería tener "argumentos serios" a la hora de negociar con Washington el ulterior recorte de armas estratégicas ofensivas, señala un experto entrevistado por el diario Izvestia.
El anuncio de que EEUU está dispuesto a debatir con Rusia la firma de un nuevo acuerdo en sustitución del Tratado START-1, vigente hasta diciembre próximo, es claramente esperanzador pero no debería infundir un optimismo excesivo, escribe el periódico.
Moscú y Washington podrían acordar la reducción de sus respectivos potenciales a mil ojivas nucleares, por ejemplo, pero "la cifra es bastante convencional", considera el coronel general Leonid Ivashov, ex alto cargo del Ministerio ruso de Defensa y, hoy en día, presidente de un centro de estudios geopolíticos.
"Los americanos nunca hacen regalos a nadie y suelen proponer lo que igual ya tenían planeado, de modo que no deberíamos aceptar así no más un recorte de ojivas", resaltó Ivashov en declaraciones a Izvestia. Mil ojivas estadounidenses, recordó, podrán alcanzar sin problemas el territorio de Rusia - por falta de un sistema adecuado de defensa antimisil - pero no necesariamente viceversa.
El concepto de "golpe global rápido", que EEUU empezó a desarrollar en 2003, contempla la posibilidad de un ataque poderoso y veloz con misiles de crucero que llevan armas convencionales, dijo el experto. Gracias a este cambio en la doctrina ofensiva, la reducción de arsenales nucleares resulta conveniente en primer término a la parte estadounidense, especialmente porque prefiere almacenar, y no destruir, las ojivas desmanteladas.
Leonid Ivashov recomienda enfocar la firma de un nuevo Tratado START junto con otras cuestiones, empezando con la defensa antimisil y terminando con los misiles de crucero de emplazamiento aéreo y naval, sistemas que EEUU prefiere mantener, por cierto, al margen de las reducciones.
"Los americanos asumen fórmulas de compromiso únicamente cuando sienten la fuerza del adversario. La conveniencia es el código de la mentalidad anglosajona", declaró.
"Si tenemos argumentos serios, no necesariamente en el terreno de las armas estratégicas, podremos lograr el objetivo", agregó.
El Tratado START-1, firmado por EEUU y la Unión Soviética en 1991, permitió en el decenio siguiente reducir hasta 6.000 el número total de las ojivas nucleares, y hasta 1.600, el número de los misiles estratégicos en poder de cada parte. El acuerdo START-2, que contemplaba recortes todavía mayores, dejó de funcionar. Rusia abandonó este tratado después de que EEUU se negó a cumplir las restricciones en materia de defensa antimisil acordadas en 1972.
En 2002, Moscú y Washington quedaron en reducir sus ojivas nucleares hasta 1.700-2.000 unidades pero este acuerdo no prevé ningún mecanismo de control recíproco y permite a las partes aplazar tales recortes hasta finales de 2012. Por tanto, el Tratado START-1 sigue siendo la principal limitación en materia de arsenales nucleares.
