Los golpistas que tomaron el poder en Guinea a finales del año pasado tratan de anular por vía judicial la venta del complejo metalúrgico Friguia al grupo Rusal, empresa rusa que es líder mundial del sector del aluminio, escribe hoy el periódico Kommersant.
El régimen militar guineano sostiene que Rusal, propietario de Friguia desde 2006, debía haber desembolsado 238 millones de dólares más por esta productora de bauxitas y alúmina. Profesionales del sector señalan en este contexto que el importe exigido es dos veces superior a lo que el grupo ruso factura anualmente en Guinea.
El dirigente guineano Mussa Kamara, jefe de los golpistas que llegaron al poder el 23 de diciembre de 2008, recordó que Rusal pagó apenas 19 millones de dólares por la mina de bauxitas, la fábrica de alúmina, el ferrocarril y otras infraestructuras del complejo de Friguia, a pesar de que los expertos la evaluaban en torno a 257 millones de dólares.
Al cerrarse aquella transacción, Friguia extraía 2,2 millones de toneladas de bauxitas y elaboraba 700.000 toneladas de alúmina al año. Hoy en día, la producción bajo a 600.000 toneladas.
El nuevo Gobierno de Guinea, a juzgar por lo que dicen sus abogados, planea basar la futura demanda judicial en el hecho de que falta una de las firmas necesarias en el acuerdo de venta que, además, no ha sido ratificado hasta la fecha por el Parlamento guineano.
Rusal ya gastó 300 millones de dólares en Friguia, incluido el importe de la compra y los recursos invertidos en la modernización del complejo. Un portavoz de este grupo aseguró que la empresa guineana "trabaja normalmente" y manifestó la esperanza de que sea posible "una solución extrajudicial" del litigio, en cuanto el asunto sea investigado por una Comisión gubernamental con la participación de expertos internacionales.
