Venecia, 4 de septiembre, PL, para RIA Novosti. La Mostra veneciana entró hoy en su tercera jornada con un plato fuerte que distraerá la atención de la sección competitiva, un documental fuera de concurso, Videocracy, contra el poder mediático del jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi.
Realizado por el cineasta ítalo-sueco Eric Gandini, se exhibirá en dos secciones independientes del festival de Venecia y apunta sus dardos hacia un poder concentrado en la esfera televisiva. Se augura que levantará discusión, polémica.
Videocrazy sigue el sendero de las denuncias sociales y la crítica acerba que permeó el certamen en su segunda jornada, tras la apertura con una decepcionante Baaría, de Giuseppe Tornatore -aspirante al León de Oro-, que dejó frío al público y desencantó a la crítica con la visión de una Sicilia demasiado aséptica, edulcorada, comentaron.
Floja y pretenciosa fueron los calificativos menos sarcásticos que mereció Tornatore.
Al australiano John Hillcot y al norteamericano Todd Solondz les tocó borrar el mal sabor que dejó Baaría y lo hicieron con dos filmes contundentes, duros, ácidos: The road y Life during karting (La vida en tiempos de guerra), respectivamente.
Más de 30 horas después, aún menudean los elogios que impulsan con viento favorable a esas dos cintas. Desde su irrupción en pantalla, despertaron conjeturas sobre su calidad de candidatas fuertes a los premios venecianos.
Hillcot impresionó con una historia áspera, basada en una novela de Cormac McCarthy, el autor de No es país para viejos, que brilló con su atmósfera siniestra en manos del dúo de los hermanos Coen.
Conmovedora y brutal, la película del director australiano ofrece la imagen de un mundo socavado por terremotos e incendios, sin derroteros ni esperanzas, en el que no quedan oportunidades ni vida apenas.
Vigo Mortenssen, en su papel de padre, huye con su hijo de 11 años hacia ninguna parte, "por las llanuras salvajes y heladas de Estados Unidos".
En La vida en tiempos de guerra, Solondz hunde la punta afilada de su escalpelo en la hipocresía y entretelas de una sociedad en crisis, a partir de una típica una familia estadounidense, víctima de un perenne sentimiento de culpa, erosionada emocionalmente.
Ambientada en Florida, la crítica la cataloga como una parodia irónica y un retrato desolador de las perversiones escondidas en la sociedad norteamericana, una sátira política y social que trata temas tabú como la pedofilia, el incesto y el suicidio.
Estados Unidos compite con un bloque de seis filmes en Venecia, mientras la cinematografía latinoamericana avanza por los pasillos laterales, los únicos a los que le da mínimo acceso la Mostra.
