José

La religión llevada al fanatismo, generan sustancias dañinas cerebrales, modificando las actitudes y pérdida de individualidad, llevando al ser humano a sus esencias enmalezcas y un gran retraso mental irreversible en muchos casos. Así como el ser humano acondiciona su organismo, destruyéndolo como la anorexia, así sucede al inyectar estupideces y mentiras directas o subliminales en la mente. Baste con lo ya inmerso en el cerebro, como lo es la envidia y codicia, no negativa cuando se prodiga para subsistir más no para despojar al prójimo, pues ya es vileza y perversión, degradante de cualquier ente. Para tener una mente abierta hay que exigir se hable con la verdad, elevándolo a un grado constitucional, para poder evolucionar a otros niveles de conocimiento sin tabú y peros bastante cuestionables y perversos, con fines de manipulación, sojuzgamiento, explotación y esclavitud física y mental, individual y colectiva.