París, 10 de noviembre, PL, para RIA Novosti. Aunque es difícil ver a personas obesas en las calles, Francia comienza a manifestar preocupación por el incremento de su legión de gordos que llegará a 6,5 millones al cierre del año en curso. En realidad son pocos si se toma en cuenta que el Hexágono (como se le llama al país por su forma geográfica), tiene una población total de 65,1 millones de habitantes. Pero las estadísticas señalan un ascenso del 14,5 por ciento de adultos obesos.
El estudio epidemiológico presentado por el grupo Obepi-Roche, encargado del tema, se enfocó en ciudadanos de 18 años ó más y a partir de una encuesta realizada con el apoyo de TNS Healthcare SOFRES.
La primera señal de alarma se dio en el hecho de que el incremento del peso de manera precipitada se da en un segmento de adolescentes de 12 años de edad, con mayor énfasis en el sector femenino.
Una suerte de rareza, sobre todo a partir de hábitos y costumbres en Francia, donde la alimentación es parte de la idiosincrasia de los galos, muy proclives a comer en pequeñas cantidades.
Paraíso mundial de la presentación y refinamiento de las comidas, sin embargo, sucumbió desde 1997 a la fecha a las tentaciones de los llamados alimentos chatarra y al "fast food" en sentido general.
"El ritmo de vida es muy intenso y la mundialización permitió la entrada al país de cadenas que ofrecen productos de elevadas calorías y poco contenido proteico, como las hamburguesas", comentó un experto de Obepi-Roche.
Altos consumidores de pan, bajo el sofisma de que la popular "baguette" apenas tiene contenidos de peligro para el peso, los franceses tienen ahora un promedio de 3,1 kilogramos más, es decir 72 kilos por habitante en general.
También aumentó la talla promedio en 0,5 centímetros, lo cual hace que los galos midan en su mayoría por encima de 1,68 metros.
