Material militar de bases secretas soviéticas se utiliza como chatarra

Muchas de las bases militares secretas que quedaron tras el colapso de la Unión Soviética se han convertido en depósitos de chatarra, escribió hoy Komsomólskaya Pravda.

El rotativo ofrece historias de unos objetos estratégicos de la época de la URSS, en desuso en la Rusia contemporánea.

Entre los objetivos supersecretos destaca la bahía subterránea de Pávlovskoe, parte sur de Primorie (Lejano Oriente ruso), donde se planeaba organizar una base de submarinos. En la época de los 60, cuando se agravaron las relaciones con EEUU, se decidió acondicionarla como refugio contra un ataque atómico pero a finales de los 70 cuando faltaba poco para acabar las obras de su construcción el pan de repente se congeló. Más tarde la base fue abandonada del todo. Los vecinos del lugar aprovecharon para sacar de allí todas las estructuras metálicas.

También esta la base de Krasnoyarsk, sur de Siberia, de las tropas misilísticas estratégicas construida en 1962. Más tarde allí mismo se asentó un poblado llamado Krasnoyarsk 66. En 2002, la unidad militar fue disuelta y los misiles, desmontados. Sellaron con hormigón algunos de sus pozos e hicieron volar otros. Pero algunos quedaron y actualmente gozan de popularidad entre los aficionados de pasatiempos extremos y, entre los recolectores de chatarra.

En la costa del mar de Láptev, península de Taimir, norte de Siberia Occidental, existió un poblado militar que tenía el nombre secreto de Moscú 279. Allí estaban acuarteladas unidades de defensa antiaérea y de aviación. A comienzos de la década de los 90, las unidades se retiraron de allí. Mucho material de guerra quedó abandonado. Las casitas de madera que siguen en la costa del mar son utilizadas en la actualidad por cazadores, pescadores y ornitólogos.