El multimillonario ruso, Román Abramóvich, se situó al frente del ranking de las mayores compras del año al adquirir en San Petersburgo una isla por 400 millones de dólares, informó ayer la revista Forbes.
Con sus 7,8 hectáreas, la isla de Nueva Holanda es la única isla artificial en la desembocadura del río Nevá creada en 1720 y que alberga varias naves industriales del siglo XVIII. Abramóvich, que posee una fortuna estimada por Forbes en 11.200 millones de dólares, prevé convertir estos edificios en galerías de arte, tiendas de lujo, hoteles y restaurantes.
El segundo de la lista es el coleccionista de arte estadounidense Steven Cohen que este año invirtió 145,4 millones de dólares en el mercado del arte moderno. Entre sus adquisiciones destacan una de las famosas banderas de Jasper Johns y el icónico dibujo de una botella de Coca Cola firmado por Andy Warhol.
El primer multimillonario paquistaní, Mian Mohammad Mansha, se hizo con la tercera posición de la clasificación al comprar el hotel de lujo londinense St.James Hotel&Club por el que desembolsó unos 95 millones de dólares, a razón de 1,5 millones por cada habitación.
El hombre más rico del mundo, el mexicano Carlos Slim, y el magnate del petróleo Kelcy Warren también optaron por realizar una inversión inmobiliaria.
El primero adquirió por 44 millones de dólares una mansión en la 5ª avenida neoyorquina frente al museo Metropolitan, mientras que el segundo compró por 46,5 millones de dólares un rancho situado en el estado de Colorado y considerado como el más grande de Estados Unidos.
El joyero británico Lawrence Graff completó su colección de diamantes con un pedrusco color rosa de casi 25 quilates valorado en 46 millones de dólares. La espectacular gema fue bautizada con el nombre de su nuevo propietario “El Graff Rosa”.
Por lo general, los más ricos del mundo no tuvieron reparo alguno en invertir cifras desorbitadas en sus antojos. Así, el hongkonés Joseph Lau se gastó 16,7 millones de dólares en dos figuras antiguas de grullas que simbolizan la longevidad, mientras el jeque de Dubai Maktum bin Rashid al-Maktum pagó 5,4 millones por dos docenas de potros de raza.
Sin embargo, la compra más excéntrica pertenece al rey del casino de Macao, Stanley Ho, quien desembolsó una friolera de 330.000 dólares por dos trufas que ni siquiera servían para fines culinarios por estar demasiado maduras.
