El sector privado irrumpe en la exploración del cosmos

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A comienzos de diciembre, la empresa privada estadounidense SpaceX lanzó al espacio el primer prototipo de la nave espacial Dragon y después de un vuelo exitoso, regresó a Tierra tras amarizar en el Océano Pacífico, a unas 500 millas de la costa de México.

A comienzos de diciembre, la empresa privada estadounidense SpaceX lanzó al espacio el primer prototipo de la nave espacial Dragon y después de un vuelo exitoso, regresó a Tierra tras amarizar en el Océano Pacífico, a unas 500 millas de la costa de México.

Esta prueba puso el fin del monopolio de las agencias gubernamentales en los proyectos de investigación y desarrollo de la exploración espacial.

Los particulares muestran interés por el negocio espacial

La corporación SpaceX fue fundada en 2002 por el millonario estadounidense, Elon Musk, creador del sistema de pago electrónico PayPal.

Y no es el único, el sector privado ya ha hecho varios intentos de desarrollar aparatos espaciales en capacidad de realizar viajes fuera de la atmósfera, como por  ejemplo, Paul Allen, uno de los fundadores de Microsoft, que financió el proyecto de SpaceShipOne, una nave para vuelos suborbitales.

Pero el proyecto espacial de Musk es más estructural y completo. SpaceX desarolló el cohete portador Falcon 9 en dos versiones, ligera y pesada, y  esto, representa un importantísimo paso en la carrera espacial privada.

Además, SpaceX equipó su cohete con motores Merlin de fabricación propia y diseñó la capsula espacial Dragon, capaz de poner en órbita 6 toneladas de carga ó 7 pasajeros.

En 2009, SpaceX firmó  un contrato con la agencia espacial estadounidense, NASA para transportar cargas a la Estación Espacial Internacional (ISS) por un monto de US$1.600 millones.

Ante el cese de los vuelos de los transbordadores estadounidenses Shuttle y el estado deplorable de un nuevo cohete portador Ares y la nave espacial Orión del programa espacial “estatal”, la empresa de Musk tiene todas las posibilidades de concluir el cohete portador, la nave espacial y también ampliar el ámbito de sus negocios.

Así, el pasado mes de junio, SpaceX realizó con éxito una prueba del cohete Falcon 9 y el pasado 8 de diciembre puso en órbita la cápsula Dragon en un vuelo exitoso de tres horas.

Junto con la nave Dragon, Musk también lanzó al espacio una carga comercial, es decir, un pequeño satélite para el Departamento de Defensa de EEUU.

Lanzar aparatos a la órbita

Es incorrecto afirmar que las actividades de SpaceX son exclusivamente para el  sector aeroespacial privado. Las agencias estatales siguen siendo los clientes principales del mercado espacial que tiene todas las características de un monopolio tradicional, o sea, ser un mercado en el que existe prácticamente un solo comprador.

Por esta razón, el contrato firmado con la NASA para transportar carga a la ISS supone una de las principales fuentes de  ingresos para SpaceX.

Vale recordar que durante muchas décadas, las corporaciones estadounidenses Boeing y Lockheed Martin construyeron aparatos espaciales para la NASA y a nadie se le ocurrió hablar de la existencia de una industria espacial privada. ¿Cuáles son entonces  las particularidades del negocio de Elon Musk?

Musk es el primer inversionista privado en la historia que posee derechos exclusivos sobre un cohete portador y una cápsula espacial de descenso probados con éxito.

Antes, el Estado siempre fue el propietario de todos los sistemas espaciales, incluidos los diseñados por empresas privadas, como en el caso de Boeing y Lockheed Martin. SpaceX es el primer diseñador y operador independiente en el mercado espacial.

SpaceX tan sólo está obligado a utilizar la infraestructura desarrollada por el gobierno. En primer lugar, las plataformas de lanzamiento, porque actualmente,  el sector privado no dispone de recursos necesarios para construir su propio cosmódromo.

Pero en caso de que crezca la demanda en el mercado de servicios de lanzamiento y transporte de cargas, es posible que las plataformas de lanzamiento privadas no tarden en aparecer.

El sistema desarrollado por SpaceX constituye el principal rival para los aparatos rusos, como el cohete portador  Protón que se emplea para transportar cargas e impulsar hasta la órbita las naves tripuladas Soyuz TMA  destinadas a llevar astronáutas a la ISS. Esto puede afectar el programa espacial ruso cuyo avance es demasiado lento.

El primer lanzamiento de prueba del importante proyecto ruso de los cohetes  portadores de la serie Angará que, según planes, debe sustituir al Protón ya hace unos diez años, sólo está previsto para 2011.

Hay poca información disponible sobre nuevos sistemas de cohetes que deberán ser lanzados el cosmódromo ruso Vostochni, que actualmente se construye en Extremo Oriente ruso. Es posible que se utilicen versiones del lanzador Rus-M. En todo caso, se trata de la fase inicial del proyecto.

El desarrollo del diseño preliminar de la nueva nave para la base espacial Vostochni, llamada "sistema de transporte tripulado perspectivo", apenas concluyó en junio de 2010.

Según los dirigentes de la industria espacial rusa, con el ritmo actual de desarrollo, se puede esperar que Rusia lance su primer cohete desde el cosmódromo Vostochi en 2015, y el primer lanzamiento de una nave tripulada en 2018, es decir, dentro de ocho años.

Recordemos que hace ocho años, a parte de sus deseos,  Musk apenas tenía parte del capital inicial para convertir su sueño espacial en una realidad.

¡Despegue!


Musk tiene planes ambiciosos. Durante la rueda de prensa celebrada tras el lanzamiento exitoso de la cápsula Dragon SpaceX mencionó algunos de proyectos que planea realizar en el futuro.

Además de los vuelos hacia la ISS, SpaceX planea diseñar una nave espacial de nueva generación con motores de frenado y “piernas”, es decir capaces de aterrizar en una pista como un avión convencional.

Musk asimismo dijo a los periodistas que la cubierta de protección térmica de la cápsula cumplió su misión muy bien y, en teoría, aún podría soportar varias  reentradas desde la órbita tras un vuelo hipotético hacia la Luna.

Planes ambiciosos que evidencia que en la compañía reina el ambiente de entusiasmo y alto clima moral.

El personal de SpaceX tiene más confianza en sí mismos que otros expertos de la industria espacial con mucha más experiencia, como los rusos  que perdieron tres satélites GLONASS-M que cayeron en el Pacífico tras un fallo en un bloque del cohete propulsor, en el mismo océano donde amerizó la cápsila Dragon.

Podemos hacer conjeturas acerca de las perspectivas de SpaceX que durante los últimos ocho años emprendió pasos concretos hacia este lanzamiento exitoso, pasando por alto los comentarios  irónicos y la desconfianza del resto de los que trabajan en el sector espacial.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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