El Ministerio ruso de Defensa optó definitivamente por adquirir el portahelicópteros francés tipo Mistral para la Marina de Guerra, anunció el Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, el general Nikolái Makárov.
Esta noticia no es una sorpresa sensacional. La adquisición de los Mistral y la respectiva licencia para construir esta clase de navíos en astilleros rusos corresponde a objetivos políticos establecidos en el marco de relaciones especiales entre Rusia y Francia.
La larga historia de este asunto
La posibilidad de adquirir buques de desembarco anfibio (BDA) tipo Mistral se abordó por primera vez a principios de 2009, y en otoño de 2010, el Ministerio ruso de Defensa convocó la licitación para la compra de BDA de fabricación extranjera.
Incialmente, Moscú planeó adquirir un BDA tipo Mistral y construir tres portahelicópteros más bajo licencia francesa en astilleros rusos.
Las condiciones del futuro contrato todavía no se han dado a conocer, pero, según la información disponible, Francia propuso construir dos buques en astilleros franceses y dos en fábricas rusas.
Evidentemente, este contrato marca un hito importante en el mercado internacional de armamento, ya que el costo de la construcción de los cuatro buques superará los 1,5 mil millones de euros.
Hasta el momento, Rusia no había firmado con otros países contratos para la compra de material bélico tan costosos, y por lo general, se limitaba a adquirir componentes o tecnologías.
Según muchos expertos, el Ministerio de Defensa de Rusia se vio obligado a comprar buques de guerra de fabricación extranjera debido al deplorable estado en el que se encuentra la industria naval rusa, que tras la crisis de los años 90 y principios de los 2000, quedó incapacitada para diseñar y construir buques en las cantidades necesarias y a plazos convenientes.
Esta situación puede y debe corregirse, pero se necesitará cierto tiempo, mientras tanto, los buques adscritos a la Armada rusa quedarán obsoletos.
La mayor parte de los navíos deberán ser retirados del servicio operacional en los próximos 10 ó 15 años, mientras que el ciclo completo para la construcción de un buque nuevo, desde el comienzo de su diseño hasta la botadura del buque prototipo, dura al menos diez 10 años.
Rusia desarrolla actualmente varios proyectos nuevos para la construcción de buques insignia y planea su producción en serie, pero no dispone de ningún proyecto adecuado de buques de desembarco anfibio cuya realización pueda comenzar inmediatamente.
El desarrollo del proyecto ruso de buque de asalto anfibio todavía no ha concluido, aunque comenzó en la época soviética, hace 25 años. Este modelo, desarrollado con tecnología de los años 80, ya está obsoleto y debe ser profundamente rediseñado y adaptados a los requisitos de la nueva época.
Si el Ministerio de Defensa toma la respectiva decisión en breve, la Marina de Guera rusa podrá incorporar el buque insignia del nuevo proyecto ruso en 2020, como mínimo.
Pero la ejecución del contrato del portahelicópteros francés, permitirá incorporar este tipo de buques a la Armada rusa ya en 2014 y para 2020, al menos uno, o hasta los dos buques construidos en los astilleros rusos también estarán en servicio operacional.
¿Qué flota de Rusia estrenará el buque Mistral?
A juzgar por todo, los primeros buques tipo Mistral serán incorporados a la Flota rusa del Pacífico. El Ministerio de Defensa anunció estos planes y además, según las fuentes fiables, la infraestructura necesaria para emplazar estos buques se está preparando en el Lejano Oriente ruso.
Son planes acertados. La región Asia-Pacífico cada año adquiere mayor importancia para las principales potencias mundiales. En esta área se cruzan los intereses de Rusia, EEUU, China, Japón y la India porque aquí se concentran las economías emergentes y casi una mitad de la población de nuestro planeta.
En los próximos años, las operaciones navales en los mares y océanos de África y Sureste de Asia desempeñarán un papel más importante debido a la expansión del tráfico marítimo de cargas, un ostensible desarrollo de la extracción de recursos y la pesca en la plataforma marina.
El Lejano Oriente también adquiere una importancia especial debido a las controversias entre grandes potencias de la respectiva región, en la península de Corea y las islas Kuriles del Sur, ricas en recursos naturales.
Cerca de las Kuriles del Sur, los buques de asalto anfibio pueden cumplir misiones operativas y de apoyo a las tropas emplazadas en las islas alejadas. El equipo de Mistral permite concentrar el mando de diversas fuerzas, incluidas las tropas terrestres.
Además, Mistral y los buques de la misma clase puede realizar una amplia gama de operaciones, desde misiones contra la piratería hasta operaciones de rescate. Una flotilla de buques de combate encabezada por el BDA puede actuar de manera independiente en un conflicto bélico local de poca intensidad desembarcando las tropas y apoyándolas desde el mar y el aire.
No sólo Mistral es importante
Apostando por el Mistral, los altos mandos de las Fuerzas Armadas rusas buscan adquirir no sólo el propio buque, sino también la tecnología de construcción, además de tener acceso a los modernos sistemas europeos de mando, navegación y comunicación con el fin de modernizar la construcción naval rusa.
Desde este punto de vista, los aspectos más importantes del contrato son la construcción de los buques de este tipo en astilleros rusos con la ayuda de especialistas franceses, la capacitación de trabajadores e ingenieros rusos en el extranjero, la modernización de las plantas que participen en la construcción de Mistral, etc.
Según la información disponible, Rusia podrá construir los portahelicópteros Mistral en los astilleros Baltiyski en San Petersburgo. Los astilleros militares de Sevmash, en Severodvinsk (norte de Rusia), ya ejecuta numerosos contratos y Rusia no dispone do otras plantas en capacidad de construir buques de dimensiones y desplazamiento tan grandes.
De esta manera, la compra de buques Mistral determina el futuro de los astilleros Baltiyski. Es evidente que la producción de una serie de los BDA postergará los plazos para el traslado de estos astilleros a otro lado del río Neva durante los próximos 10 años, como mínimo.
Y es posible que este asunto pierda actualidad tras la modernización de la planta.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI.
