La producción global de automóviles podría bajar en un 30% como consecuencia del reciente cataclismo natural en Japón, augura la consultoría IHS Consulting citada hoy por el diario Vedomosti.
Varias plantas automotrices de Europa y EEUU ya se vieron obligadas a reducir el volumen de la producción e incluso parar las cadenas por falta de autopartes y pigmentos japoneses. La producción de coches a escala mundial, según el pronóstico de IHS, descenderá para mediados de abril en unas cien mil unidades diarias (de 280-300 mil a 180-200 mil) a menos que se encuentren proveedores alternativos.
El desastre natural del pasado 11 de marzo afectó, en particular, a Hitachi Automotive Systems, planta japonesa a la que corresponde un 60% de la producción mundial de sensores de flujo de masa de aire. Esas piezas se usan en las más diversas marcas de coches, de modo que General Motrors ya tuvo que bajar el volumen de la producción en sus fábricas de Alemania y España, PSA Peugeot-Citroën hizo otro tanto en la mayoría de sus plantas europeas y Ford anunció el cierre temporal de su factoría en Bélgica.
Otra fábrica afectada es la división japonesa de la multinacional química Merck, la única proveedora mundial del pigmento de efecto Xirallic que crea un brillo singular en el recubrimiento. El desabasto pone en jaque la producción de varios modelos de Chrysler, Ford, Volkswagen, BMW, Toyota y General Motors.