El astrofísico británico Martin Rees ganó el anual Premio Templeton y 1 millón de libras esterlinas por su aporte al estudio de problemas claves de la existencia humana, según el sitio Web del Premio.
La entrega del Premio se celebrará el 1 de junio próximo en el Palacio de Buckingham en Londres. Rees lo recibirá de manos del Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo.
Martin Rees, de 68 años, colaborador del famoso Trinity College de la Universidad de Cambridge, estudia los orígenes del Universo, la llamada era oscura que comenzó pronto tras la Gran Explosión, la naturaleza de agujeros negros y brotes de rayos gama así como concepto de los universos múltiples (multiversos).
Rees planteó interrogantes importantes entre ellos la dimensión absoluta de la realidad física y en colaboración de sus colegas, amplio la actual concepción de los procesos físicos que determina la comprensión del Universo.
A pesar de la magnitud de sus investigaciones, el científico afirmó ser consciente de los problemas que afronta la Humanidad.
“A algunos parece que a nosotros los cosmólogos no nos preocupa qué pasará el año siguiente, la semana entrante o mañana. Pero no es así.
A mí me preocupa mucho porque desde el punto de vista de los millardos de años transcurridos y por venir, puede que nuestro siglo sea un punto de viraje”, dice Rees.
El científico dijo no estar relacionado con la religión aunque reconoce que la cultura y la ética cristianas influyeron mucho. “Fui educado en las tradiciones de la iglesia anglicana que son parte de las costumbres de mi ‘tribu’”, afirmó.
El Premio Templeton fue establecido por el empresario John Templeton (1912-2008) a principios de la década de los 1970. Se otorga por investigaciones en la frontera entre ciencia y religión, estudios de la dimensión espiritual de la vida y búsqueda de respuestas a las preguntas más difíciles de la existencia humana, desde las leyes naturales hasta los asuntos de amor o creatividad.
El importe del Premio Templeton supera el del Nobel. Así Templeton mostró que para él los descubrimientos espirituales tienen mayor importancia que otros logros de la humanidad. La primera en recibir el Premio en 1973 fue la Madre Teresa de Calcuta mientras que en 1983 fue otorgado al escritor ruso Alexandr Solzhenitsyn.
