Al menos 24 personas murieron el pasado viernes en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en Siria, comunicó el abogado Razan Zaitouna, destacado defensor sirio de derechos humanos.
Zaitouna precisó en una entrevista telefónica con Reuters que la cifra incluye a siete manifestantes en Homs, ciudad del centro de Siria donde se celebran amplias protestas contra el régimen de Bashar Asad, y 14 vecinos de la provincia noroccidental de Idlib, en la que militares apoyados por carros de combate y helicópteros asaltaron varias aldeas para aplastar los brotes de disidencia.
Anteriormente se mencionó el balance de 11 víctimas mortales.
Mulham Al-Droubi, uno de los líderes de Los Hermanos Musulmanes de Siria, afirmó en una reciente entrevista con la prensa rusa que el conflicto entre el régimen de Bashar Asad y los manifestantes que le exigen reformas desde marzo pasado costaron la vida a más de 1.500 personas, además de generar miles de desaparecidos y refugiados que escapan a Turquía, Líbano y Jordania.
El Gobierno sirio, entretanto, calcula en 340 las bajas en los cuerpos de seguridad y responsabiliza de los disturbios a “bandoleros armados” que cuentan con el respaldo de “fuerzas externas”.
La Unión Europea decretó en mayo pasado el embargo sobre el suministro de armas y equipos policiales a Siria y proclamó personas no gratas a Bashar Asad y una serie de altos cargos de su régimen cuyos activos financieros en Europa fueron congelados. A mediados de junio se adoptó un segundo paquete de sanciones contra cuatro compañías sirias vinculadas a los cuerpos de seguridad y siete funcionarios que, según la UE, son responsables por el uso de fuerza contra civiles.
