A finales de julio pasado, la histórica ciudad rusa de Súzdal, perteneciente al grupo de Anillo de Oro, acogió más de ocho mil turistas que llegaron para participar en la Fiesta de los Lapti dedicada a este zapato rústico ruso.
Súzdal, con la población aproximada de 11 mil habitantes, estaba lleno de la gente calzada en los lapti. Se oía hablar no sólo el ruso, sino también el ucraniano, francés, húngaro, sueco, austríaco, polaco y alemán. Los turistas vinieron para participar en la quinta edición de la divertida fiesta que comprendía numerosas actividades, deportivas en su mayoría, siempre relacionadas con el lápot.
Pues bien, ya es hora de contar algo del protagonista del festejo.
Lápot (o lapti, según su forma en plural en ruso) es un tipo de calzado mencionado por primera vez en los históricos documentos rusos en el siglo XII. Se utilizaban ante todo por los campesinos pobres que no podían permitirse calzado de piel. El material principal de que se elaboran es el líber de diferentes arboles, ante todo de tilo. El líber se descompone en fibras de las cuales se teje el calzado. Además de la fibra de tilo puede utilizarse el mimbre de olmo, roble y los sauces, cuerdas viejas, crin, paja y trozos pequeños de piel.
Para tejer un par de lapti hay que cortar la corteza de tres arboles jóvenes, porque sólo los arboles de 4 o 6 años pueden proporcionar el líber de calidad necesaria. Un campesino solía gastar un par de lapti en una semana. A propósito, para recorrer los 220 km desde la capital rusa hasta la ciudad de Súzdal en las épocas remotas solían gastar tres pares de lapti. Se utilizaban tanto en verano como en invierno, porque podían abrigar y pasar aire al mismo tiempo. El zapato derecho e izquierdo se hacen iguales, porque los lapti se adaptan con el tiempo al pie de su amo.
En el marco de la fiesta fue realizada una clase donde se enseñó cómo urdir los lapti. Resultó interesante tanto para los adultos como para los niños. Además se llevó a cabo un concurso donde los participantes ostentaron sus conocimientos de dichos y proverbios sobre el lápot.
Pero la mayor parte de la fiesta fue dedicada a las competiciones deportivas, la principal de las cuales es la carrera para los deportistas profesionales y para los aficionados. La verdad es que algunos profesionales intentaron darse por novatos para ganar premios, pero los árbitros ya saben distinguir entre los primeros y los segundos.
Además, los participantes de la fiesta jugaron al fútbol calzados en lapti, los lanzaban, con ellos tiraban, etc. Los deportistas se convencieron de lo importante que es dominar el arte de atar el lápot fijándolo bien en el pie para no llevarse un chasco.
“Los años pasados hubo casos cuando los participantes se pusieron los lapti por encima de zapatos deportivos para no deslizar y estar más cómodos. Por eso hemos creado una comisión que verifica si los lapti están puestos como se debe. Resultó que no es nada fácil, los cordones se desataban y los lapti volaban por detrás de los corredores”, - cuenta el presidente del comité organizativo, Igor Kéjter.
La fiesta reúne cada vez más visitantes que logran divertirse, ampliar sus conocimientos de las antiguas tradiciones rusas y contemplar la hermosa ciudad que forma parte del Patrimonio de Humanidad a la vez. Asimismo, cada año crece el número de los participantes de los concursos y juegos que vienen cada vez más adiestrados.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
