El ministro principal de Escocia, Alex Salmond, reveló hoy que la pregunta en el referéndum de otoño de 2014 será sobre la independencia.
“¿Está Usted de acuerdo en que Escocia sea un país independiente?” es la fórmula propuesta por Salmond. Sin embargo, tampoco se descarta a día de hoy la inclusión de otras opciones en las papeletas del voto, en particular, sobre la ampliación de poderes de Escocia desde la “devolución” de autonomía mediante el Estatuto de 1997.
Al intervenir este miércoles ante el Parlamento escocés, Salmond anunció el inicio de consultas de expertos de cara al plebiscito, así como la creación de una comisión que se encargará de organizar la votación. Según las estimaciones de analistas británicos, el plebiscito costará 10 millones de libras esterlinas
Las consultas se prolongarán hasta el 11 de mayo. El proyecto de ley sobre el referéndum ha de presentarse al Parlamento escocés este año y podría ser aprobado hacia finales de 2013.
Salmond, quien es líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP, por su sigla en inglés), aseguró que “el referéndum de 2014 se va a celebrar bajo las mismas condiciones, según los mismos estándares y con las mismas garantías de transparencia que otras elecciones en Escocia”.
“Nosotros mismos decidiremos nuestro futuro”, declaró el ministro, convencido de que Escocia dispone de los recursos necesarios para convertirse en “un Estado más fuerte y próspero”.
Declaró que, como Estado independiente, Escocia será miembro igual y responsable de la comunidad internacional, y mantendrá una buena relación de amistad con sus vecinos y otras regiones británicas, a las que la unen estrechos vínculos históricos. Inglaterra y Escocia están unidas desde 1707.
Salmond insistió en otorgar el derecho de participación en este plebiscito a todas las personas residentes en Escocia y que tengan al menos 16 años de edad, límite a partir del cual los escoceses pueden enrolarse en el Ejército, casarse y pagar impuestos.
Londres inició anteriormente consultas propias sobre la independencia de Escocia y sostiene que el referéndum no tendrá fuerza legal sin su aprobación.
