Miles de armas decomisadas al narcotráfico por las Fuerzas Armadas de México fueron destruidas en presencia del presidente de este país, Felipe Calderón, en el Estado de Chihuahua.
El reciente 16 de febrero se llevó a cabo la destrucción de 3.697 armas cortas; 3.091 armas largas; 456.308 cartuchos, así como granadas y lanzacohetes, en las instalaciones del 9º Regimiento de Caballería Motorizado en Ciudad Juárez (Estado de Chihuahua).
Los militares explicaron al mandatario mexicano que no sólo las armas procedentes ilegalmente de EEUU, que los grupos criminales utilizan para realizar actos de violencia en el país, sino también las que pertenecían a efectivos militares y que se encontraban en manos de los delincuentes.
Algunas de las citadas armas tienen la capacidad de destruir cualquier blindaje de vehículos, y otras tienen características singulares como acabados en dorado, trabajos de repujado en plata; algunas de ellas con imágenes de santos y de la Virgen de Guadalupe.
Aunque la violencia se ha desacelerado en el primer semestre de 2011 a nivel nacional, Ciudad Juárez es la ciudad con mayor número de muertes por rivalidad delincuencial en México, con 1.206 fallecimientos registrados de enero a julio de 2011.
Desde que el presidente Felipe Calderón asumió el poder en diciembre de 2006 y lanzó la ofensiva sin precedentes contra el crimen organizado y el narcotráfico, México está sumido en una cruenta guerra que hasta el momento ha dejado más de 40.000 muertos.
Pese a los más de 60.000 soldados desplegados en las zonas fronterizas con EEUU y la detención de muchos cabecillas de los narcos, hasta ahora no se ha logrado importantes avances en esta lucha.
