El primer ministro y candidato a la presidencia de Rusia, Vladímir Putin, insistió anoche en prevenir una guerra en torno a Irán y resolver el conflicto en Siria, para lo cual sugirió tratar por igual al régimen de Bashar Asad y a sus oponentes.
“Lo haremos todo por evitar un conflicto bélico en Irán o en torno a él”, aseguró Putin al reunirse el pasado jueves con los directores de varios periódicos occidentales.
Agregó que tal conflicto tendría “consecuencias directas y muy negativas” para Rusia. Mencionó, en particular, el posible éxodo de refugiados a los países limítrofes como Azerbaiyán.
Señaló que Irán es vecino de Rusia en la cuenca del Caspio y que “cualquier desestabilización allí repercutiría, sin duda, en esta región del mundo”. “Creo que a nadie le interesa que la situación escape al control”, dijo.
Reafirmó que a Irán hay que dejarle la oportunidad de implementar un programa civil de energía nuclear, eso sí, bajo el control del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). También recordó que Rusia siempre le da a entender al Gobierno iraní que rechaza sus declaraciones antisraelíes.
Al referirse al conflicto en Siria que, según la ONU, causó más de 7.500 muertos desde marzo pasado, Putin resaltó que será imposible lograr una reconciliación si uno se pone del lado de uno de los dos bandos.
“Necesitamos ver los intereses de ambas partes, obligarlas a que se sienten a negociar y cesen el fuego”, dijo.
Justificó el reciente veto chino-ruso sobre una resolución de condena al actual régimen sirio al recordar que el anteproyecto del documento puesto a votación en el Consejo de Seguridad de la ONU exigía de Asad retirar las tropas desde las ciudades. La siguiente demanda, según Putin, sería “que se pusiera el pijama de madera”. “Habría música en su casa pero no la oiría porque sería su funeral”. El líder sirio “jamás lo aceptará”, advirtió.
“Proponemos plantear ante todas las partes en conflicto la exigencia de cesar el fuego con carácter inmediato, sentarse a la mesa de negociaciones e iniciar el diálogo sobre reformas políticas. Pero es necesario trabajar también con la oposición. Nunca se sentará a negociar si ustedes la incentivan con el suministro de armas y con las presiones sobre Asad”, declaró Putin. Añadió que Asad, en su opinión, “está dispuesto” para negociar.
La mala paz siempre es mejor que la mejor guerra, recordó el primer ministro ruso. “Lo primero que debemos hacer es lograr que cesen las hostilidades y el baño de sangre”.
Negó que la postura de Rusia sea resultado de intereses económicos especiales. “No hay ninguna relación especial con Siria. Es una postura de principios acerca del cómo resolver semejantes conflictos, así que no actuamos de abogados de nadie allí”, resaltó.
Rusia manifestó en más de una ocasión su rechazo a reeditar en Siria el llamado “guion libio”. Durante su encuentro con periodistas occidentales, Putin admitió que el régimen de Muamar Gadafi era “chalado, loco, totalmente fuera del tiempo” pero calificó de “medieval” la represión contra ese dirigente y afirmó que los rebeldes perpetraron violaciones y asesinatos en masa tras su entrada en Sirte, uno de los últimos baluartes gadafistas. “La prensa internacional prefirió no reparar en ello, tan sólo mencionarlo de paso”, reprochó.
