Tiene usted derecho a un abogado, también en China

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Una de las enmiendas al Código de Procedimiento Civil de China apobada recientemente prevé el derecho de los familiares y tutores a contratar a un abogado para el acusado si éste no está en condiciones de hacerlo, por ejemplo si está recluido.

Una de las enmiendas al Código de Procedimiento Civil de China apobada recientemente prevé el derecho de los familiares y tutores a contratar a un abogado para el acusado si éste no está en condiciones de hacerlo, por ejemplo si está recluido.

Este “detalle” es solo uno de toda una serie de cambios que desde hace tiempo vienen ocurriendo en el país que en un futuro próximo puede convertirse en la primera economía del mundo.

Más procesos por delitos de corrupción

Estas enmiendas no es la única novedad legislativa de la sesión actual de la Asamblea Nacional Popular (ANP), el parlamento chino. En particular, una ley reducirá a partir de ahora el número de altos funcionarios entre los parlamentarios. Los legisladores deberán ocuparse exclusivamente de las leyes: las normas y la legalidad hoy importan más que ayer. ¿Por qué?

No hay nada más equivocado que pensar que existe un conjunto de decisiones correctas, una reforma política mágica que al aplicarse en el estado que sea traerá a él una perfecta armonía. En la práctica resulta que las medidas que funcionan en un país fracasan en otro.

China es un país tan particular como, digamos, Estados Unidos. Y es necesario estudiar con atención lo que está ocurriendo en en este estado asiático. Porque unas de sus “particularidades” le condujeron a su inesperado auge y otras pueden ser el motivo de su caída.

El abogado en China (excepto los defensores de oficio designados por el Estado) es un profesional difícil de encontrar. En todo el país hay sólo 220.000 abogados privados, lo cual significa que sólo un 30% de los procesos judiciales cuentan con la participación de los mismos, mientras cada abogado participa en sólo tres procesos al año.

Por otra parte, la máquina judicial en China es cada vez más veloz. El año pasado fueron condenadas 1,05 millones de personas, lo cual representa el 4,4% más que el año anterior. Entre todos los procesos destacan los 29.000 casos de corrupción, incluidos los siete exministros y 176 fiscales acusados de este delito.

La lucha contra la corrupción es primordial

¿Qué tiene que ver la lucha contra la corrupción con los abogados privados? ¿Por qué antes el país podía prescindir de ellos y ahora resultan ser imprescindibles? No se debe únicamente a que haya aumentado la clase media y con él el nivel de democracia, como se suele explicar este fenómeno.

El gobierno chino se da cuenta perfectamente de que el principal descontento de los ciudadanos está provocado por la corrupción. No por la corrupción “en general” sino por los hechos concretos que afectan su día a día. Por ejemplo, el evento político más notable del 2011 fue la rebelión de los vecinos del pueblo de Wukan, al sur del país, que mantuvieron en jaque a las autoridades durante tres meses al exigir la devolución de las tierras que se les había expropiado ilegalmente para construir viviendas.

Las protestas masivas en Wukan en diciembre del año pasado se saldaron con un compromiso por parte de las autoridades de una elección libre de los futuros dirigentes, la investigación criminal de los anteriores y la libertad absoluta de los activistas detenidos. Pero los campesinos no están contentos alegando que las elecciones de las autoridades locales se realizan desde los años 1970 y fueron los dirigentes democráticamente electos los que expropiaron las tierras. Lo que exigían los vecinos no era elecciones sino la devolución de la tierra, cosa que no se ha conseguido hasta el momento.

Este incidente pone de manifiesto un simple hecho: la sociedad tradicional y mayoritariamente rural en China tiene sus propias ideas acerca de la justicia y la democracia y está dispuesta a defenderlas sin contratar abogados.

Por cierto, esta sociedad tradicional sigue abogando por la pena capital mientras el gobierno del país asiático va reduciendo su aplicación y promoviendo su abolición total: lo mismo sucedió en Rusia en la década de los 2000. El parlamento chino acaba de aprobar un paquete de enmiendas referentes a las penas, que confirman que la pena capital se aplica solo en casos absolutamente extraordinarios.

Los 260 millones de inmigrantes en la ciudad

No es correcto pensar que China se esté convirtiendo en una “sociedad de clase media”. Al menos no como a la manera europea. En el país asiático se está viviendo otro cambio, convirtiéndose en una “sociedad de inmigrantes interiores”.

Estos mismos procesos ocurrieron en la Unión Soviética en los años 70 del siglo pasado, cuando miles de migrantes de las zonas rurales invadieron las ciudades. Los expertos calculan que en el año 2010 en China el número de los campesinos que abandonaron sus pueblos para convertirse en trabajadores industriales ascendió a 260 millones.

Tampoco se puede olvidar que China es la “fábrica mundial”, no una “sociedad de clase media”. Los estudios sociológicos que pretenden esclarecer cuántos habitantes del país asiático se consideran pertenecientes a la clase media no reflejan la situación real, ya que los procesos que tienen lugar tanto en los pueblos como en los ciudades son muy complicados.

Según los datos oficiales, la población de China está compuesta por un 42,8% de campesinos, un 34,7% de obreros o “cuellos azules” y un 22,5% de los oficinistas o “cuellos blancos”, siendo los últimos el grupo que va en aumento mientras el campesinado se reduce.

Pero en realidad la tendencia más acusada es que los campesinos van convirtiéndose en trabajadores industriales, mientras éstos nutren al colectivo de los profesionales y oficinistas, que aumentó en 50 millones de personas en el período comprendido entre los años 1999 y 2010.

Por lo tanto, parece ser que las enmiendas a la legislación actual aprobadas por el parlamento no van dirigidas al pueblo chino ni a los empresarios sino a estos 260 millones.

Antes representaban una parte de la sociedad tradicional que no necesitaba a los abogados para hacer justicia, pero ahora son solo granos de arena en grandes ciudades que no pueden prescindir de la defensa legal ni de otros atributos de la moderna sociedad urbana.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

 

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