La Casa Blanca pidió anoche no dar una importancia excesiva al error que cometió el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al hablar de “campos polacos de exterminio” durante el homenaje póstumo a un miembro de la Resistencia polaca.
Según recordó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, el incidente tuvo lugar durante la ceremonia de condecoración póstuma a Jan Karski, quien denunció el Holocausto ante políticos de Europa y EEUU, con la Medalla de la Libertad, la mayor distinción estadounidense.
“Lamentamos ese lapsus, pero sólo fue un lapsus. Creo que es importante considerarlo en el contexto de la distinción a la asombrosa audacia del mister Karski y otros polacos valientes que plantaron cara a la peor tiranía del siglo XX para defender la dignidad humana”, señaló Carney.
El portavoz de la Casa Blanca insistió en que el presidente Obama siente un profundo respeto por la memoria de las víctimas del Holocausto y los polacos que murieron en los campos de la muerte nazis, y refirió varios ejemplos de esa actitud.
El incidente del “lapsus” tuvo lugar el pasado martes, cuando el presidente estadounidense ofreció un discurso durante la ceremonia de homenaje a Karski.
“Karski fue un mensajero de la Resistencia polaca en el momento más difícil de la Segunda Guerra Mundial. Combatientes de la Resistencia le llevaron al gueto de Varsovia y a un campo polaco de exterminio, para que lo viera con sus propios ojos”, dijo.
La víspera, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, Tommy Vietor, ofreció disculpas oficiales de la Casa Blanca, después de que el error de Obama provocara duras críticas por parte de políticos polacos.
“El presidente tuvo un lapsus. Se refería a los campos nazis de concentración en Polonia. Lamentamos ese error, que no debe menoscabar nuestro sincero deseo de honrar a Karski y a aquellos hombres valientes que defendieron la dignidad humana ante la tiranía”, expresó Vietor.
Pese a estas disculpas y explicaciones, el presidente polaco, Bronislaw Komorowski, dirigió a Obama una carta al respecto y el primer ministro del país europeo, Donald Tusk, hizo una declaraciones en las que subrayó que las palabras del líder estadounidense ofendieron a todos los polacos.
