El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó anoche su “tristeza e indignación” por el asesinato de siete soldados de la misión de paz desplegada en la Costa de Marfil.
Los hechos se produjeron la víspera cuando un grupo de “cascos azules” cayó en una emboscada cerca de la frontera con Liberia, en el oeste de Costa de Marfil.
Según el jefe de la ONU, en la zona donde se perpetró el mortal ataque permanecen 40 “cascos azules” encargados de velar por la seguridad de la población local.
En julio de 2011, el Consejo de Seguridad de la ONU prorrogó por un año más la misión de paz en Costa de Marfil, que cuenta con un total de 9.792 efectivos.
El país africano vivió una crisis política y un conflicto armado tras las elecciones presidenciales de 2010.
Aunque los comicios dieron como ganador al candidato opositor Alessane Ouattara, el ex presidente Laurent Gbagbo se negó a traspasarle el poder, lo que provocó multitudinarias protestas y violentos enfrentamientos con el Ejército.
Para evitar una mayor escalada de la violencia, los “cascos azules” tuvieron que hacer uso de la fuerza contra las tropas leales a Gbagbo, quien en abril de 2011 se entregó finalmente a las fuerzas de Ouattara.
