El presidente bielorruso Alexandr Lukashenko nombró hoy a Vladímir Makei, de 54 años, hasta ahora, jefe de la Administración Presidencial y uno de los funcionarios incluidos en la lista de personas no gratas para la UE, nuevo ministro de Asuntos Exteriores en sustitución de Serguei Martínov, quien pasará a desempeñar “otras funciones”.
Portavoces del jefe del Estado no especificaron cuál será el nuevo trabajo de Martínov ni quién reemplazará a Makei al frente de la oficina presidencial.
Analistas bielorrusos ya están haciendo conjeturas acerca de si el nombramiento contribuirá a poner fin a la etapa del enfriamiento entre Bielorrusia y Occidente, ante todo, la Unión Europea que debatirá en octubre próxima la adopción de nuevas sanciones contra Minsk. Actualmente, 32 empresas y 243 funcionarios de Bielorrusia están sujetos a restricciones económicas o de visados.
El politólogo Denis Meliantsov, citado por el portal BelaPAN, opina que la designación de Makei apunta a una mejora de estas relaciones a pesar de que, a día de hoy, él es una persona no grata para la UE. Su antecesor, Martínov, quedó al margen de dicha lista en 2011, pues debía servir de “contacto” entre Lukashenko y Occidente.
“Para la UE sería lógico ahora excluir de la lista a Makei y creo que avanzarán en esta dirección”, dijo Meliantsov.
El nombramiento, a su juicio, “refuerza las posiciones de la cancillería”. “Tanto el Ministerio de Exteriores como Makei eran los principales europeístas. Makei pasa por ser el padre de las ideas de la liberalización de 1998”, recordó.
Al mismo tiempo, sugirió esperar a que Lukashenko nombre al nuevo jefe de la oficina presidencial. “Es un secreto a voces que las decisiones generales sobre política exterior se toman en la Administración, mientras que el Ministerio de Exteriores no es más que un ejecutor”.
Otro experto, Román Yakovlevski, duda de que la línea exterior de Minsk cambie con la designación de un funcionario no grato par la UE. “Por ahora es difícil ver en Makei a un personaje capaz de sostener nueva ronda del diálogo con Occidente, aunque él y Martínov hicieron este papel con bastante éxito en vísperas de las elecciones presidenciales de 2010”, dijo.
