El Tribunal Supremo de Brasil dispuso reanudar la construcción en la selva amazónica de la central hidroeléctrica de Belo Monte, la tercera en el mundo por la potencia proyectada, las obras en la cual fueron suspendidas por decisión del juzgado regional, comunicó hoy la prensa del país.
El Gobierno aprobó en febrero de 2010 el proyecto de construcción de una represa y una central en el río Xingú, Estado de Pará, norte de Brasil. Pero el 14 de este mes de agosto, el tribunal regional dispuso cesar las obras porque el proyecto no fue coordinado previamente con la población aborigen de la zona.
El presidente del tribunal Supremo, Carlos Ayres Britto, ordenó la víspera cancelar la vigencia de esa prohibición. El abogado que representa en el proceso al Estado logró convencerlo de que hace falta continuar las obras para “prevenir un daño considerable al tesoro público, a la economía y a la política energética de Brasil”.
La potencia proyectada de Belo Monte es de más de 11.000 megavatios. Las obras de construcción costarán unos 13.000 millones de dólares.
Los ecologistas y defensores de derechos humanos afirman que la construcción de la central obligará a muchos indios a abandonar las tierras en que nacieron y hará un daño sustancial al entorno.
El Gobierno de Brasil declara a su vez que la puesta en explotación de la central estimulará el desarrollo económico del país y contribuirá a mejorar el bienestar de millones de sus ciudadanos. Además señala que el proyecto Belo Monte permite minimizar el daño a la naturaleza.
