El ministro del Interior georgiano, Bacho Ajalaya, presentó hoy la dimisión mientras dentro y fuera de Georgia se multiplican las demandas de investigar los casos de torturas y otros abusos en las cárceles del país.
“Como ciudadano, me siento indignado ante los crímenes descubiertos en la cárcel número ocho de Gldani (…) Siento responsabilidad política y moral porque hemos sido incapaces de erradicar esa práctica monstruosa”, señaló Ajalaya en una declaración difundida este jueves. El ministro dijo haber enviado la solicitud de renuncia a nombre del presidente Mijaíl Saakashvili.
La difusión, el pasado martes, de un vídeo que muestra torturas, maltratos y violaciones de reclusos en la cárcel de Gldani, en Tbilisi, produjo el efecto de una bomba en Georgia.
Diez funcionarios del Ministerio para el Sistema Penitenciario, entre ellos, el subjefe de un departamento y el director de la prisión, fueron detenidos. La titular de esta cartera, Jatuna Kalmajelidze, renunció al cargo. En varias ciudades de Georgia hubo protestas multitudinarias y las ONGs internacionales, en particular, Human Rights Watch (HRW), exigieron una investigación independiente del escándalo.
