Decenas de personas murieron a causa de un doble atentando suicida que se produjo en la noche del lunes a este martes cerca de un centro de Inteligencia de la Fuerza Aérea de Siria en Harasta, a las afueras de Damasco, informaron hoy activistas de la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) que monitorean desde Londres la evolución del conflicto en Siria.
El jefe de OSDH, Rami Abdul Rahman, citado por AFP, dijo que además de decenas de víctimas mortales “se desconoce la situación de centenares de prisioneros que eran mantenidos en los sótanos del edificio”.
Un grupo yihadista, Frente Al Nusra, reivindicó la autoría del ataque al afirmar que sus miembros explotaron con un intervalo de 25 minutos dos vehículos cargados de toneladas de explosivos cerca del complejo de Harasta.
A las detonaciones siguieron enfrentamientos en varias zonas de esta localidad, según diversas fuentes.
Una declaración difundida por el Frente Al Nusra y citada por la cadena de televisión británica BBC subraya que la Inteligencia de la Fuerza Aérea (IFA) es “una de las divisiones de seguridad más notorias (en Siria) y un baluarte de la represión”.
Defensores de derechos humanos señalan que centenares de opositores fueron detenidos y torturados por la IFA desde que en marzo de 2011 empezó la revuelta contra el presidente Bashar Asad.
Mientras, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó al Gobierno de Siria a “decretar inmediatamente un alto el fuego unilateral”. “Llamo a las fuerzas de oposición a aceptar ese alto el fuego unilateral, siempre y cuando el Gobierno sirio lo anuncie”, agregó en una rueda de prensa celebrada en París.
También exigió que otras naciones dejen de enviar armas a las partes en conflicto y reafirmó que “el diálogo político es la única solución”.
Comunicó que el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, visitará próximamente varios países de la región, entre ellos, Siria donde planea reunirse con el presidente Asad.
Según la ONU, el conflicto en Siria causó más de 20.000 muertos desde marzo de 2011.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que afirma manejar datos imparciales aunque no verificables, estima el número de las víctimas en al menos 30.000.
