Exploradores estadounidenses que buscan rastros de vida extrema bajo los hielos de la Antártida alcanzaron el domingo la superficie del lago Whillans situado a unos 800 metros de profundidad, según ellos mismos informaron en la web del proyecto WISSARD (por las siglas en inglés de Whillans Ice Stream Subglacial Access Research Drilling).
“Sensores en la manguera de agua caliente demuestran un cambio de presión, un indicio de que el pozo se ha conectado al lago”, escribieron en su blog.
En los próximos días se harán mediciones rigurosas y se sacarán las primeras muestras pero algunos resultados ya están disponibles: en los sedimentos del fondo que se pegaron a la manguera, los científicos vieron bajo un microscopio las transparentes paredes celulares de diatomeas, algas que habitaron en la Antártida millones de años atrás, cuando había un mar de baja profundidad en el lugar del actual glaciar.
El lago Whillans, de apenas 1,5-2 metros de profundidad, se encuentra bajo una corriente de hielo de 20 metros de grosor que se desliza a una velocidad de un metro por día, mientras que el manto de hielo encima demora un año en este movimiento.
El equipo estadounidense alcanzó la superficie del Whillans algunas semanas después de que sus colegas británicos, provistos de equipos similares, fracasaran en los intentos de penetrar en el lago subglacial Ellsworth.
El pasado 10 de enero, exploradores polares rusos sacaron una muestra fresca del hielo desde el lago subglacial antártico Vostok que durante millones de años permaneció aislado de la atmósfera terrestre. La primera muestra cilíndrica del hielo de lago transparente, de dos metros de largo, fue obtenida a 3.406 metros de profundidad.
A diferencia de los rusos, que usan como anticontaminante una mezcla de queroseno y freón en pozos subglaciales, los británicos y los estadounidenses trabajan con mangueras de alta presión que perforan orificios con agua de hasta 90 grados Celsius y lámparas ultravioleta para matar microorganismos.
