El mayor jerarca de la Iglesia Católica en el Reino Unido, el cardenal Keith O'Brien, abandonó hoy la posición de arzobispo de Saint Andrews en Edimburgo, Escocia, poco después de que tres curas y un exsacerdote le acusaran de haber cometido “actos inapropiados” en la década de 1980.
O’Brien, quien rechaza estas acusaciones, había solicitado la renuncia por motivos de edad y planeaba dejar el arzobispado el próximo mes de marzo, tras cumplir 75 años.
“El papa ha resuelto que mi renuncia será efectiva a partir de hoy”, comunicó este lunes a través de su página web.
Radio Vaticano ya confirmó la dimisión de O’Brien que deja al Reino Unido sin representación en el cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI.
“Quiero que la atención mediática en Roma no se centre en mí sino más bien en el papa Benedicto XVI y en su sucesor”, señaló O’Brien.
La prensa británica escribe que esta renuncia, en medio de acusaciones de conducta indebida, genera una crisis en el clero escocés y supone un duro golpe para la Iglesia Católica en general que busca reforzar su reputación ante la próxima elección del papa.
