El Parlamento georgiano acaba de aprobar la resolución “Vectores de la política exterior de Georgia”. Rusia se menciona en el documento de una forma muy escueta, lo que puede ser de agrado para todos.
Por la primera vez el Parlamento de la nueva convocatoria, donde la mayoría de los escaños pertenece a la coalición del primer ministro Ivanishvili, votó unánimemente un documento. Todo se celebró en un ambiente muy solemne, como si de la declaración de la independencia se tratara.
Sobre Rusia de forma breve
Algunos analistas señalan que uno de los principales puntos de la resolución es el 18, donde se estipula que Georgia no tendrá relaciones diplomáticas ni participará en uniones político-militares ni aduaneras con los “Estados que reconozcan la independencia de Abjasia y de la región de Tsjinval/Osetia del Sur”. La oposición insistía en este punto, suponiendo con toda razón que el acercamiento con Rusia anunciado por el primer ministro de Georgia como prioritario, se vería obstaculizado.
De manera directa Rusia se mencionó en la resolución en dos ocasiones: Georgia se muestra dispuesta a mantener el diálogo con Moscú en la sede europea de la ONU en Ginebra y fomentará el acercamiento de la postura rusa con la de Estados Unidos y la Unión Europea.
El documento está dedicado básicamente a las relaciones entre Tbilisi y Occidente, pero se subraya que la integración en las estructuras europeas y euroatlánticas tiene carácter democrático y no representa señal de enemistad hacia terceros países. Los temas abordados son la liberalización del régimen de visados con la UE, la realización de proyectos conjuntos, el fomento de la cooperación estratégica con EEUU e incluso con los países Bálticos.
Todo parece indicar que una atención tan escasa hacia Rusia fue del agrado del presidente Saakashvili porque la eliminaría de la política exterior georgiana y también del primer ministro, preocupado por minimizar los motivos del descontento de Kremlin. Porque Moscú con toda seguridad no estaría halagada de mencionarse en el documento, dada la tonalidad de éste.
La resolución como un arma de lucha ideológica
El partido del presidente Saakashvili, Movimiento Nacional Unido, pretendía que todo lo expuesto en la resolución se fijara también en la Constitución georgiana. Estaba dispuesto a sacrificar a cambio el derecho del presidente de disolver el Parlamento. La negociación sobre el derecho en cuestión sigue en curso y nadie podría decir en esos momentos si la mayoría parlamentaria será capaz de reunir los votos necesarios para cambiar la Ley Fundamental.
El equipo del presidente Saakashvili, teniendo en cuenta esta posibilidad, parece haber aceptado que la estrategia en la esfera de la política exterior se fije únicamente en una resolución del Parlamento que no tiene poder jurídico. Sin embargo, no deja de ser un éxito para el actual presidente: sea de jure o no, el curso proclamado hace diez años seguirá sin sufrir modificaciones.
Y se diga lo que se diga de los crímenes del régimen, el país habrá de atenerse al modelo por él ideado. Es muy importante en vista de las próximas elecciones y de que en breve posiblemente obtenga el derecho de disolver el Parlamento. A partir de ahora, a cualquier declaración algo favorable a Rusia hecha por el primer ministro se podrá responder, citando algún artículo del documento. Incluso se le podría acusar de perfidia.
Así, por ejemplo, a los cada vez más débiles intentos de reanimar la comunicación ferroviaria con Abjasia y Armenia, se podría objetar con el punto 14, donde se indica que Tbilisi fomentará relaciones no sólo con Ereván, sino también con Ankara y Bakú que no aplauden la idea de que los trenes vuelvan a circular en el trayecto.
Incluso los planes de los productores y exportadores de vino georgianos de cooperar con la parte rusa para volver a exportar, calificados por Saakashvili como humillantes, podrían representarse de aquí en adelante como violación de la estrategia aprobada. Porque sólo se hablará con Moscú en Ginebra y sólo del problema de la ocupación de “los territorios georgianos”.
Por otra parte, para el primer ministro y sus partidarios la aprobación de la resolución tampoco es ninguna tragedia. Todo el mundo tiene presente que el presidente se encarga de solucionar en primer lugar los problemas internos, entre ellos, convencer a sus electores de que nada está perdido. Para el próximo 19 de abril está fijado un colosal mitin, que se celebrará en la avenida Rustaveli, lugar de movilizaciones de la oposición, situada en la parte céntrica de la capital georgiana. Ahora Saakashvili es uno de ellos y del éxito del evento dependerá la táctica que seguirán todos los bandos.
Para el primer ministro Ivanishvili la resolución no cambia nada. Tampoco se esperaba, ni en Rusia ni en Georgia, que se restablezcan las relaciones diplomáticas entre los países. Por lo menos, en un futuro inmediato que será marcado por el evidente enfrentamiento del presidente y su primer ministro. Y todos sabían que se seguirá con integración euroatlántica. Ivanishvili incluso podría salir ganando, después de haber recuperado en cierta medida la confianza de Occidente.
Resumiendo, todo parece indicar que la resolución será recibida de manera adecuada por todos los países que en ella se mencionan. Rusia, en primer, lugar.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
