El Consejo de Seguridad de la ONU inauguró la víspera en su sede de Nueva York la llamada Sala Rusa, un espacio para consultas privadas decorado por un arquitecto ruso.
“Es un lugar especial donde se hace la historia, un lugar donde los Estados miembros emprenden intensos debates sobre cómo lograr un mundo mejor y más pacífico. Es un pequeño espacio en el que ocurren, no obstante, grandes cosas; grandes decisiones sobre conflictos y crisis internacionales; grandes compromisos que pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte”, declaró el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al inaugurar la sala.
Señaló asimismo que la decoración de la Sala Rusa, en la que se debatirá sobre cómo hacer más seguro nuestro mundo, crea un “ambiente propicio para adoptar medidas constructivas”.
Por su parte, el embajador de Rusia ante las Naciones Unidas y presidente de turno del Consejo de Seguridad, Vitali Churkin, manifestó que la Sala Rusa nació en reconocimiento a la “contribución histórica de nuestro país en la creación de la ONU”.
Se trata de una pequeña sala con paredes pintadas de un sereno gris humo y con tallados en forma de abetos. Las cortinas con estampados que reproducen la ornamentación de la artesanía tradicional del Norte ruso, sirven de un fondo multicolor para las mesas de madera dispuestas en forma de un barco. Una lámpara de cristal en forma de una enorme anilla será la encargada de iluminar la sala.
La decoración de la Sala Rusa corrió a cargo del arquitecto Alexandr Konov, que trabajó en el proyecto durante dos años buscando “las mejores soluciones para crear un espacio idóneo para trabajar, con buena luz y un buen ambiente y no exento de elementos decorativos”.
Rusia obtuvo el derecho de decorar una de las dependencias del Consejo de Seguridad tras aportar dos millones de dólares para la reforma de la sede de la ONU que comenzó en 2010.
