El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, afirmó hoy que Moscú seguirá abogando por normalizar la situación en la península de Corea.
Lavrov calificó la situación de “muy grave” al recordar que “explosiones nucleares y lanzamientos de misiles no son bromas algunas”.
“La retórica juega un papel no menos perjudicial porque el cruce de acusaciones, amenazas y advertencias puede alcanzar un punto crítico: cuando uno se arrincona, luego tiene que actuar, presentar algo a la opinión pública”, señaló el canciller en una entrevista con la cadena de televisión RTVi.
Subrayó que “Rusia procura de forma consecuente mitigar la situación”. Evitar la demostración del poderío bélico, a su juicio, sería un paso positivo en el contexto actual.
Lavrov llamó a no caldear la situación en torno a Pyongyang e intentar por los medios diplomáticos la reapertura de las negociaciones a seis bandas. Agregó que Rusia está en ello y a tales efectos trabaja con los demás participantes del proceso negociador (ambas Coreas, EEUU, China y Japón). Resaltó especialmente que Moscú coordina su actuación con China.
La tensión en la península de Corea se disparó después de que, en respuesta a ejercicios militares de Washington y Seúl, Pyongyang renunciara a los acuerdos de no agresión y desarme nuclear, anulara el armisticio de 1953 y se declarara en estado de guerra.
La semana pasada, el régimen comunista anunció además que volverá a activar su reactor de Yongbyon parado desde 2007 como parte de un acuerdo sobre el desarme nuclear, y amenazó a EEUU con un ataque nuclear. Además, a la costa oriental del país fueron trasladados dos misiles Musudan de un alcance entre 3.000 y 4.000 kilómetros, los cuales, según se sospecha, podrían utilizarse en un inminente ensayo balístico.
Este martes, Pyongyang recomendó evacuar a los extranjeros desde Corea del Sur para que no se vean involucrados en “una despiadada guerra sagrada de represalia”.
