El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, al comentar los rumores sobre posible dimisión del representante especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, la dio por probable.
“Como persona honrada, Brahimi no podría proceder de otro modo después de que una de las organizaciones que le dieron mandato de mediador en las negociaciones entre las autoridades y la oposición se negara a apoyarlas, declarara ilegítimo el poder de Damasco y reconociera a la Coalición Nacional (de la oposición) como la única representante legítima del pueblo sirio”, dijo.
Agregó que la Liga Árabe tomó la decisión de incrementar el suministro de armas a la oposición, cerrando con eso la puerta ante las negociaciones, que fue la misión fundamental de Brahimi.
La prensa árabe informó la semana pasada que Brahimi renunciará a su misión de emisario de la ONU y la Liga Árabe el 18 de abril, un día antes de intervenir en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo ayer que no recibió ninguna renuncia de Brahimi y espera que siga trabajando para zanjar la "tragedia" en el país sirio.
Siria es desde marzo de 2011 escenario de un violento conflicto armado entre el Gobierno, apoyado por Irán, Rusia y China, y la oposición, respaldada y financiada por países occidentales y monarquías del Golfo Pérsico, que ya se cobró unas 70.000 vidas, según la ONU.
