El Ministerio de Exteriores de Rusia calificó de “incorrectas e infundadas” las recientes declaraciones del presidente rumano, Traian Basescu, en las que este cuestionó los esfuerzos de Rusia para lograr una solución al conflicto de Transnistria, la región rebelde de Moldavia.
Según un comunicado de la cancillería, Basescu “cuestionó la sinceridad de los representantes oficiales de Rusia que defienden una solución consolidada y viable al conflicto de Transnistria”, una invectiva “incorrecta e infundada”, en opinión del ministerio ruso.
La posición de Moscú ante el proceso de paz de Transnistria es “consecuente y bien conocida”. “Rusia continúa cumpliendo, de forma responsable, imparcial y transparente, su misión mediadora en el diálogo entre Chisinau y Tiráspol”, afirma el documento.
El pasado 16 de julio, en vísperas de un viaje a la vecina Moldavia, el presidente rumano declaró que la falta de avance en el proceso de paz de Transnistria se debía a que “aquellos de los que depende el resultado no quieren resolver el conflicto, o bien quieren resolverlo de una forma distinta que Chisinau”.
“Creo que Moscú podría tener más discreción respecto a Moldavia y permitir que la decisión sobre el futuro de este país se tome en Chisinau, y no en Moscú, o en Bruselas, en Bucarest ni en Washington”, dijo entonces Basescu.
Transnistria, donde rusos y ucranianos constituyen un 60% de la población, luchó por separarse de Moldavia ya antes del desmoronamiento de la Unión Soviética, temiendo que la propagación de ánimos nacionalistas empujara a los moldavos a unirse a Rumania.
Chisinau perdió el control sobre los territorios en la orilla izquierda del Dniéster en 1992, tras un intento frustrado de resolver el problema por la fuerza. En la región fue introducido un contingente de mantenimiento de la paz.
Transnistria, con capital en Tiráspol, no ha obtenido hasta la fecha reconocimiento internacional, pero hace todo por conseguirlo. Moldavia insiste en mantener su integridad y ofrece autonomía a Transnistria.