La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Catherine Ashton, prometió al depuesto presidente egipcio, Mohamed Mursi, con quien se entrevistó recientemente en el país norteafricano, que no divulgará detalles de su encuentro, informó hoy el diario Al-Ahram.
“Prometí que no desvelaría en estos momentos el contenido de nuestra conversación, sus palabras u opiniones, porque ahora mismo no podría responder ni desmentirlas”, explicó Ashton a su regreso de Egipto. También se negó a precisar el lugar donde permanece retenido Mursi, alegando que apenas conoce El Cairo y sus alrededores.
Al mismo tiempo, afirmó que el exmandatario se encuentra bien y recibe un buen trato, pudiendo leer periódicos y ver la televisión.
La jefa de la diplomacia europea se convirtió en la primera funcionaria de alto rango internacional en reunirse con Mursi. Rodeado de secretismo y apenas referido por las nuevas autoridades egipcias, este encuentro sigue en el foco de atención de los medios egipcios e internacionales, y también ha suscitado numerosos comentarios por parte de dirigentes del movimiento islamista Hermanos Musulmanes en el que militó en su día el presidente depuesto.
Un portavoz de la cúpula de la organización afirmó en particular que Ashton habría intentado convencer a Mursi de que renuncie a la lucha por recuperar el poder y pida públicamente a sus partidarios abandonar las protestas para evitar la violencia. Le prometió supuestamente que a cambio negociaría la liberación de él y de otros líderes islamistas detenidos.
Según la fuente, el exjefe de Estado rechazó rotundamente la propuesta con el argumento de que “no es por el poder por lo que lucha, sino por la legitimidad y la elección del pueblo egipcio”. También informó a Ashton de que tenía planes de celebrar, en septiembre u octubre próximo, un referéndum sobre la continuidad de su mandato presidencial.
El pasado 3 de julio, el Ejército egipcio derrocó al presidente Mursi, quien desde entonces permanece retenido en una base militar, según algunas informaciones, y arrestó a varios dirigentes de los Hermanos Musulmanes. Los partidarios de los islamistas iniciaron protestas que casi a diario desembocan en choques con la policía y detractores de Mursi causando heridos y muertos.
