El Gabinete interino que gobierna en Egipto con el apoyo de los militares tras la deposición del presidente islamista Mohamed Mursi ordenó hoy a la policía poner fin a las manifestaciones de los Hermanos Musulmanes que no reconocen la legitimidad de las nuevas autoridades.
A través de una declaración televisada, el Gobierno anunció su decisión de “tomar todas las medidas necesarias” para poner fin a las continuas protestas que suponen “una amenaza a la seguridad nacional”.
Los partidarios de los Hermanos Musulmanes celebran continuas manifestaciones antigubernamentales desde que el presidente Mursi, fuera apartado del poder el pasado 3 de julio. Se niegan a cesar las protestas callejeras a pesar de los violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
“Ya no podemos admitir que continúe la peligrosa situación en las plazas de Rabaa al Adawiya y Nahda, el terrorismo y los bloqueos de carreteras, habida cuenta del peligro que ello implica a la seguridad nacional”, subraya la declaración.
La prensa egipcia interpreta este documento como luz verde para dispersar a los simpatizantes de Mursi.