La doble campeona olímpica en saltos con pértiga Elena Isinbáyeva declaró que no tuvo la intención de insultar la ciudad de Volgogrado al llamarla “mísera”.
“No he insultado Volgogrado ni he pensado en hacerlo. Es mi ciudad natal, la quiero, pero me duele ver lo que está pasando. Me gustaría mucho que mejorara, que se hiciera más confortable. Lo que dije fue una crítica normal, esperaba que las autoridades la tomaran en cuenta”, subrayó Isinbáyeva que tuvo que afrontar una oleada de reprobaciones por lo que ella considera “una crítica normal”.
La deportista indicó que su opinión no es aislada ya que “cada uno de dos habitantes sueña con irse de la ciudad”.
Previamente Isinbáyeva anunció que se instalará en el extranjero pero de vez en cuando regresará a Volgogrado para visitar a su entrenador Evgueni Trofimov. La deportista denunció la falta de buenas condiciones de vida en su ciudad natal.
“Se convirtió en una ciudad horrible. Degradó. Las carreteras son horrorosas, uno se pasa todo el tiempo reparando el coche (…) Ha llegado el tiempo de colectar lo que sembramos y no hay nada. Siempre había pensado que nuestra provincia, nuestra ciudad recompensarían mis méritos. Pero nada”, anunció Isinbáyeva subrayando que las autoridades locales no se ocupan de los habitantes.
Mientras tanto, el diputado de la Duma de Estado de la región de Volgogrado, Mijaíl Markélov, estimó que la crítica de Isinbáyeva es justa en muchos aspectos. Sin embargo, el político, que pertenece al partido gobernante Rusia Unida, recalcó que es necesario trabajar para resolver los problemas y no sucumbir en el pesimismo.
“Lo que está pasando hoy en día en la ciudad se merece una crítica dura (…) Sin embargo no debemos poner el punto final, debemos ser optimistas. Elena hizo muy bien en anunciar abiertamente su postura aunque comprendía que luego afrontaría duras críticas”, subrayó Markélov.
