Las acrobacias aéreas requieren un trabajo colosal

© RIA Novosti . Anna YudinaPiloto de pruebas ruso Serguei Bogdan
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La víspera del Salón Aeroespacial Internacional MAKS 2013, que se inaugura el 27 de agosto a las afueras de Moscú, el famoso piloto de pruebas ruso Serguei Bogdan habla con RIA Novosti sobre el nuevo programa de acrobacia aérea, los cazas rusos de quinta generación y cuánto cuesta realizar las figuras de alto pilotaje.

La víspera del Salón Aeroespacial Internacional MAKS 2013, que se inaugura el 27 de agosto a las afueras de Moscú, el famoso piloto de pruebas ruso Serguei Bogdan habla con RIA Novosti sobre el nuevo programa de acrobacia aérea, los cazas rusos de quinta generación y cuánto cuesta realizar las figuras de alto pilotaje.

- Ha participado usted en muchas ediciones del MAKS, ¿cuál recuerda más?

— Participo en las exhibiciones aéreas en el MAKS desde 2001, sólo me ‘salté’ la edición de 2007. Es difícil decir cuál recuerdo más, pero en la memoria siempre quedan momentos de tensión provocada por los imprevistos. Cuando te falta tiempo para entrenar, cuando los aviones que necesitas probar no están disponibles, cuando tienes que preparar un programa en condiciones meteorológicas adversas, como por ejemplo las nubes bajas. El MAKS requiere una preparación minuciosa y larga y una gran dedicación sea cuál fuera el avión que pilotas. En general, debo decir que la acrobacia aérea es, sobre todo, un duro trabajo.

- ¿Qué avión pilotará este año en el MAKS?

— Está previsto que este año hagamos una demostración del caza ruso de quinta generación, el T-50. Estamos terminando de ensayar figuras de súper maniobrabilidad. Además de enseñar las características del avión a grandes ángulos de ataque, tenemos previsto que varios cazas T-50 pasen en formación.

- ¿Cuánto han tardado en preparar el nuevo programa de exhibición?

- Solemos empezar con los entrenamientos por lo menos un año antes del evento. Un vuelo de cinco minutos requiere un trabajo colosal. Primero realizamos todas las maniobras a gran altura y luego vamos bajando poco a poco. Tras un número determinado de vuelos los aviones se someten a una inspección técnica obligatoria. Esto también se tiene que tener en cuenta para terminar los preparativos dentro del plazo previsto.

- Usted pasó su infancia en la ciudad de Voskresensk, en la provincia de Moscú, situada justo al lado de la base aérea de Zhukovski, el lugar elegido para celebrar cada dos años MAKS. ¿No habrá influido en su elección de la profesión el ver cazas que sobrevolaban su casa?

- Claro que sí. Todos los días veía aviones, muchos de ellos eran prototipos que levantaban el vuelo por primera vez. A nosotros, los chicos, nos fascinaban los aviones y pasábamos horas observándolos. Esto, desde luego, fue uno de los factores que influyó en mi decisión de ser piloto.

Muchos jóvenes de mi ciudad natal ingresan en las Academias de Aviación. Lo hacen, como lo hice yo hace muchos años, después de haber visto miles de aviones en el cielo de Voskresensk. Me siento orgulloso de ser de allí.

- ¿Cuándo cree que aparecerá el caza de sexta generación?

— Los expertos dicen que los aviones de sexta generación serán no tripulados. No obstante, yo creo que la aviación tripulada no desaparecerá en un futuro próximo. Las tecnologías se desarrollan con mucha rapidez, pero para crear un avión de quinta generación se necesitaron 35 años. Dudo que el nuevo caza se diseñe antes de 15 años.

- ¿La profesión de piloto de pruebas sigue siendo atractiva para los jóvenes de hoy?

— Es una profesión muy romántica, es como soñar con ser astronauta. Y los chicos quieren ser astronautas aunque no saben nada de esta profesión. Cada año hay más candidatos a ingresar en las academias de Aviación. Pero nuestro trabajo no se limita a las demostraciones de acrobacia aérea, es sólo la punta del iceberg. Sólo cuando empiezas a probar aviones te das cuenta de en qué consiste realmente el trabajo de un piloto de pruebas. Y si puedes con ello, este trabajo te da una gran satisfacción.

- ¿Qué siente usted realizando acrobacias?

— Cualquier demostración de acrobacia aérea es un compromiso entre el espectáculo y la seguridad: cuánto más espectacular es, más peligrosa. Para enseñar las características del avión a un ángulo de ataque crítico hay que hacerlo cuanto más cerca del público mejor. Pero esto es peligroso ya que nunca se puede descartar un fallo técnico. Por eso realizar una figura complicada provoca tales descargas de adrenalina que a veces creo que es antinatural. Pero si consigues hacerlo bien, recibes una gran satisfacción.

- ¿Planea seguir participando en las próximas ediciones de MAKS?

— Si la salud no me falla lo haré sin falta. Entre los pilotos de pruebas está mal visto retirarse por deseo propio. Porque mientras puedas volar puedes enseñar a los que vienen detrás de ti, transmitirles tu experiencia, protegerles de un error que en la aviación muchas veces es fatal. Por eso, mientras pueda trabajar lo haré.

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