Cuatro zonas climáticas, las más características para el enorme territorio ruso, se desplegarán dentro de tres años al pie de las murallas del Kremlin.
El nuevo parque ocupará el espacio donde antes se ubicaba el hotel Rosiya, por entonces el mayor de Europa y que a su vez se erigió en el lugar del antiguo barrio moscovita de Zariadie.
El nombre histórico de Zariadie se remonta a la expresión rusa “za riadami”, es decir, “tras las hileras” de puestos de venta del mercado que se ubicaba en la Plaza Roja. La zona conserva hasta hoy en día algunos de los edificios más antiguos de la capital rusa.
Las 13 hectáreas que quedaron libres después de la demolición en 2006 del enorme hotel Rosiya, construido en el puro estilo soviético, despertaron la codicia de las constructoras, fascinadas por la efímera posibilidad de obtener terrenos en el carísimo corazón de Moscú.
Semejantes esperanzas quedaron truncadas en 2012, cuando la alcaldía de la capital apoyó la propuesta de Vladímir Putin de crear allí un parque para todos los moscovitas. Se presentaron a concurso 87 proyectos de una veintena de países y el jurado internacional eligió el preparado por el estudio estadounidense Diller Scofidio + Renfro (DS+R).
De acuerdo al proyecto, la zona verde estará dividida en terrazas que albergarán la tundra, la estepa, el bosque y el humedal, cada cual con su vegetación típica. Para mantener tanta diversidad en un espacio limitado se requerirán instalaciones para regular las temperaturas, determinar la dirección del viento e imitar la luz natural.
El proyecto se centra en la “cohabitación de las plantas y las personas”, pacífica por supuesto. Pero sin rutas predeterminadas ni inconvenientes de la naturaleza salvaje. La alcaldía asegura incluso que no habrá mosquitos y ranas, aunque cueste imaginar un espacio sin estos típicos representantes del paisaje ruso sobre todo en el área de los pantanos.
La alcaldía calcula que la construcción durará entre dos y tres años y costará entre 150 y 200 millones de dólares. Se estima que hasta 20 millones de personas visitarán cada año el parque que tendrá atracciones tanto de verano como de invierno y dispondrá de todas las infraestructuras modernas incluido un aparcamiento para 500 coches.
Es posible, sin embargo, que la versión final del parque no coincida con la idea del DS+R. El vicealcalde de Moscú, Marat Jusnullin, aseguró hace poco que las autoridades municipales preferirían crear una síntesis de los proyectos que ocuparon los primeros tres puestos ya que “cada uno tiene algo atractivo”. En particular, los otros dos concursantes resaltan mucho más el legado histórico de Zariadie.
Probablemente, esta reacción de las autoridades está provocada por las críticas de la ONG Arjnadzor que se dedica a la preservación de los monumentos. Los activistas indicaron que la idea “debe corregirse” puesto que no toma en cuenta la histórica ubicación de las casas y el trazado de las calles de Zariadie y los lazos que lo unen a los barrios vecinos.
