Vuelve la España gris

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Luis Alberto Rivas - Sputnik Mundo
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Los clichés que perduran en el ámbito internacional sobre la España católica y el peso de la religión son duros de combatir.

Tras la desaparición del régimen político-religioso de Franco,  España dio un salto espectacular en su evolución social, que le llevó a igualarse a unos vecinos europeos que llegaron a ver con sorpresa cómo ese país, frenado por 36 años de dictadura, les sobrepasaba en audacia para enfrentarse a retos como la regulación de la interupción del embarazo, el divorcio, o el matrimonio entre personas del mismo sexo.

A pesar de todo ello, la imagen que persistía en Europa sobre España era la de una sociedad católica y conservadora.

La prensa internacional no lograba deshacerse de los viejos tópicos sobre un país donde las mujeres mayores vestían siempre de negro, las iglesias rebosaban los días festivos y los curas representaban un peso no desdeñable en los debates de sociedad. España, decían, «es un país muy religioso», confundiendo el apego a ciertos símbolos y tradiciones culturales con una adhesión ciega a la fe católica.

La mujer, eterna víctima

La presentación por el gobierno conservador de Mariano Rajoy de una nueva ley de aborto muy restrictiva en relación a la vigente, va a desempolvar esos clichés, pero no a justificarlos, pues una mayoría de españoles se sentía satisfecha con la ley actual.

Apoyarse en la religión para gestionar políticamente un país es el reproche que se le hace a ciertos gobernantes que rigen la vida de sus ciudadanos apoyándose en doctrinas escritas hace siglos.

El Gobierno del Partido Popular no representa a un régimen religioso. Simplemente juega con la religión para ganarse a un sector minoritario de la población que sinceramente está comprometido con esos valores.

El resultado es, sin embargo, parecido al que se vive en esos regímenes guiados por normativas religiosas: la mujer es considerada una menor de edad para decidir sobre cuestiones que le afectan individualmente. La mujer no puede decidir sobre su futuro sin ser juzgada por «expertos». La mujer vuelve a ocupar el primer puesto de los afectados por una crisis económica, política y moral que lleva a ciertos gobernantes a generalizar sus supuestas convicciones íntimas a toda la ciudadanía.

*Luis Rivas, periodista. Ex corresponsal de TVE en Moscú y Budapest. Dirigió los servicios informativos del canal de TV europeo EuroNews. Vive en Francia desde hace más de 20 años.


LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK

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